Las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) están desconcertadas y no saben qué hacer ante los ataques y descalificaciones constantes del presidente. Ahora se asume en condición “resistencia”.
Es un momento que exige, más que en ninguna otra época, actuar con inteligencia, mente fría y no confrontarse con el gobierno, pero cada vez que sea necesario sí tomar posición en defensa del sector y las organizaciones que lo integran.
Las OSC, las amenazas del actual gobierno, en particular del presidente, debe convertirlas en áreas de oportunidad, para fortalecerse y crecer. La nueva situación exige repensar el papel de las OSC como un actor del desarrollo económico y social.
La agresión de parte del gobierno abre un espacio privilegiado, para dialogar y construir alianzas con otras organizaciones, universidades, empresas y medios de comunicación a nivel nacional e internacional.
Es un buen tiempo para escuchar a los ciudadanos dispuestos a participar, para hacer frente a los problemas que vive el país y solidarizarse con los sectores de la población más necesitados.
Se requiere, ahora más que nunca, visibilizar al sector de las OSC. Para eso hay que difundir con fuerza, en el marco de una estrategia, lo que éste hace y aporta al desarrollo del país. Y también dar a conocer los niveles de transparencia y rendición de cuentas con los que se manejan las OSC.
La sociedad civil en su conjunto y en particular las OSC deben actuar, en las áreas de su especialización, como contrapesos reales a la acción del gobierno. Sin entrar a la disputa política de poder. Es la lucha por las causas sociales en las que trabaja la sociedad civil organizada.
Los tiempos demandan que el sector de las OSC se pronuncie decididamente en coyunturas relevantes, para dar a conocer su posición frente a lo que ocurre en el país. De manera particular en lo que concierne a la defensa del trabajo que realizan las organizaciones.
La actitud del actual gobierno, sin ignorar las dificultades, abre espacios, para crear nuevas organizaciones que se hacen cargo de causas que ahora surgen o para desarrollar áreas de trabajo que las autoridades minimizan o desprecian.
Eso, a su vez, genera la posibilidad de incorporar al trabajo a ciudadanos, sobre todo jóvenes, que quieren participar en la construcción de lo público más allá de lo que hace el gobierno.
El sector de las OSC, y cada una en lo particular, debe asumir que el presidente no va a cambiar y que su gobierno no abrirá espacios de diálogo y acción concertada con las OSC apartidistas, autónomas e independientes. Eso son los nuevos tiempos y en ellos hay que actuar.
Twitter: @RubenAguilar