Algunos esperaban que la epidemia del Covid-19 tendría un efecto sobre los niveles de violencia en el país y que necesariamente iría a la baja, pero no ha sido así y más bien ha aumentado.
Días atrás el responsable de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo, anunció en la mañanera del presidente que en los últimos tres meses (diciembre, enero y febrero) los homicidios dolosos habían bajado, aunque de manera marginal y esto mismo afirmó el presidente el pasado domingo.
Alejando Hope (El Universal, 30.03.20) analiza con cuidado la afirmación y prueba que no es verdadera. En abril de 2018, todavía en el gobierno del presidente Peña Nieto el número de los homicidios dolosos se estabiliza en 2,900 al mes.
En julio del mismo año hay un pico y se llega a los 3,158 asesinatos, pero en los últimos cuatro meses del gobierno anterior se vuelve a las cifras de los primeros meses del 2018.
A lo largo de 2019 el número de las víctimas se mantiene en las 2,900, con una variación mensual entre el 5 y el 7 %. Hay meses que van al alza (febrero y junio) y otros a la baja (abril y septiembre).
En los 16 meses que tiene el actual gobierno en ninguno ha tenido un registro inferior a noviembre de 2018, el último mes de la administración anterior. Los números que da Durazo de febrero no se sostienen porque tuvo 29 días (año bisiesto) dos menos que enero.
Un indicador más claro y comparable es utilizar el registro de homicidios dolosos y feminicidios por día. En enero de 2020 fueron 93 y en febrero 98. Así, en el segundo mes del año hubo un incremento con relación al mes anterior.
Marzo con 2,585 homicidios dolosos es el mes más violento en lo que va del sexenio, de acuerdo a datos de la Comisión Nacional de Seguridad. El promedio de asesinatos diarios fue de 83.
Estas cifras tienden a ser 20 % menos a las que ofrece del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) que ofrece datos más confiables, que en los próximos días se darán a conocer.
En cálculos de Hope es que en marzo se ha dado un promedio diario de homicidios dolosos y feminicidios que fluctúa entre 99 y 103. Si sus cálculos son correctos en marzo hubo entre 3,069 y 3,193 víctimas.
Esos números estarían muy cerca o rebasarían el pico más alto alcanzado en 2018 (3,158), para convertirse en el mes más violento de la historia de los últimos 50 años.
Los datos muestran que no hay punto de inflexión y menos reducción de los homicidios dolosos y los feminicidios como lo plantea Durazo y el presidente. Los dos mienten.
Nadie sabe lo que realmente pueda ocurrir en los próximos meses, con la presencia del Covid-19 en su fase más crítica, pero lo que demuestra marzo, con la pandemia ya presente, es que los homicidios no se reducen.
Si el Ejército y la Guardia Nacional (GN), que también es el Ejército, se dedican a tareas relacionadas con el Covid-19 en el marco de las responsabilidades que tienen encomendadas habrá un espacio, para que el crimen se mueva con mayor facilidad. Ya veremos.
Twitter: @RubenAguilar