La tortura y asesinato de Fátima -una niña de siete años-, en un barrio del sur de la ciudad de México, ha disparado con toda la razón, la ira en México por la violencia de género y por las deficientes políticas públicas implementadas para mitigar esa indignante situación.
Después de una semana desaparecida, el pasado fin de semana, el cadáver de Fátima Cecilia Aldriguett Antón fue hallado en bolsas de basura y con señales de haber sido torturada. Este caso se ha convertido en el último símbolo de indignación de un país que cada día rompe los récords de la tragedia.
La última vez que se vio a Fátima con vida salía del colegio. El 11 de febrero, su familia puso una denuncia por desaparición. Y menos de una semana después, el encabezado de los medios es: ¨El cadáver de la menor, torturado, desnudo y tirado en la calle¨.
Las autoridades mexicanas mostraron imágenes y fotografías de una persona que fue captada caminando con Fátima, al parecer vendía patitas fuera del colegio Enrique Rébsamen. La Fiscalía ofreció una recompensa de US$ 107.000 dólares a quien dé información sobre esta mujer. Aún no se ha confirmado, ni negado si la mujer en la imagen es considerada sospechosa del asesinato. Hasta el momento, las autoridades solo han confirmado que cinco personas rindieron declaración como testigos.
El caso de Fátima no es el único en estos años en los que los feminicidios se han multiplicado: en el año 2018 asesinaron a 3,750 mujeres, según registros oficiales y 1.463 menores de edad, cifras de la Red por los Derechos de la Infancia (REDIM). Apenas la semana pasada, otro feminicidio indignaba al país, el de Ingrid Escamilla, de 25 años. Su pareja confesó, en un vídeo brutal filtrado por las autoridades, el enojo con el que había acabado con su vida.
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, comentaba este lunes a través de Twitter: “Es indignante, aberrante, doloroso que alguien sea capaz de herir a una niña; este crimen no va a quedar impune”.
En México, al menos ocho de cada 10 delitos no reciben una sentencia condenatoria. Las manifestaciones por violencia machista, también han incrementado.
El Presidente López Obrador emitió su opinión sobre el tema: ¨Lo que sucede es un proceso de degradación progresivo que tuvo que ver con el modelo neoliberal, existe una crisis profunda de pérdida de valores¨.
Coincido totalmente, con él. Esta situación de pérdida de valores, que vienen incluso de acciones de funcionarios de gobiernos anteriores como ejemplo a la ciudadanía y que además han quedado impunes, se ha ido dejando a un lado por priorizar temas menos importantes como lo es el dinero, mismo que para un país que vive al exterior y que converge a través de una escala de valores corrompida, parece cada vez más normal, incluso por encima de la vida.
Es imperativo poner especial énfasis en la educación no sólo en un aspecto académico, si no humanista.
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