Evidentemente, la tierra es el marco de nuestra vida. Desde el punto de vista de la alquimia rosacruz, ella es también el cuerpo que el alma colectiva de la humanidad utiliza para evolucionar hacia su propio ideal de Perfección. Por otro lado, es la obra máxima de la Creación. Merece, por lo tanto, nuestro mayor respeto y debe suscitar nuestra admiración. Lamentablemente, los hombres, por ignorancia, negligencia o por interés, no dejan de perjudicarla (poluciones diversas, una excesiva deforestación, la masacre de algunas especies, etc.).
Desde un punto de vista de la alquimia ecológica (rosacruz), la naturaleza es el más bello de los templos. En efecto, todos los templos construidos por los hombres, fueron hechos con el objetivo de venerar a los dioses o al Dios en el cual creían y que veneraban en un momento dado de su evolución. En relación con nuestro planeta, él es la expresión misma de las leyes divinas, es decir, las leyes naturales, universales y espirituales. Todos deberíamos reconocer que estas leyes actúan con inteligencia y sabiduría a través de todos los reinos.
De hecho, todo individuo suficientemente sensible e inteligente admite que la naturaleza es lo más hermoso, en el sentido estético y filosófico del término. Por eso, ella manifiesta todas las artes que podamos concebir, hasta el punto de despertar en la consciencia humana las emociones más nobles.
En este inicio del siglo XXI y término del 2019 (fechas navideñas), es cuando el futuro de nuestro planeta está gravemente amenazado, y con ello la supervivencia de la humanidad, creemos que es conveniente recurrir a una alquimia ecología mediante esta alocución:
-Recordemos que la Tierra que habitamos hoy existe desde hace más de cuatro mil millones de años, que el hombre, como tal, apareció hace aproximadamente tres millones de años, y que en menos de un siglo ha puesto a la Tierra en peligro.
-Recordemos que las dos terceras partes de nuestro planeta están cubiertas de mares y de océanos, que nuestro propio cuerpo está compuesto de un 75% de agua, y que no podemos sobrevivir sin ella.
-Recordemos que las florestas son los pulmones de la Tierra, que ellas producen el oxígeno que respiramos, y que sin ellas no habría atmósfera y, por lo tanto, vida.
-Recordemos que los animales vivían en nuestro planeta hace millones de años antes de la aparición del hombre, que la supervivencia de la humanidad depende de ellos, y que son seres inteligentes y sensibles.
-Recordemos que todos los reinos de la naturaleza son interdependientes, que no hay ni vacío ni frontera entre ellos, que por el hecho de su existencia, cada uno a su nivel y bajo formas diferentes, son dotados de consciencia.
-Recordemos que la Tierra está rodeada de un aura electromagnética resultante de las energías naturales que le son propias, y que esta aura, combinada con la atmósfera, participa en la vida.
-Recordemos que la existencia de nuestro planeta no es el resultado de la casualidad o de una combinación de circunstancias, sino que forma parte de un Plan concebido y puesto en obra por esta Inteligencia universal que se le llama “Dios”.
-Recordemos que la Tierra no es únicamente un planeta que permite a los seres humanos vivir, sino que es igualmente el ambiente en el cual sus almas pueden encarnarse para llevar a bien su evolución espiritual.
-Recordemos que nuestro planeta es una obra maestra de la Creación, la cual sin ser la única en el universo, no deja de ser una rareza, y que es un gran privilegio para la humanidad habitarlo.
-Recordemos que la Tierra no nos pertenece, que está puesta a nuestra disposición mientras vivamos, y que es el más preciado de los patrimonios que podemos heredar las futuras generaciones.
-Recordemos que no tenemos ningún derecho hacia nuestro planeta, sino únicamente deberes: el de respetarlo, de preservarlo, de protegerlo… En una palabra: de amarlo.
Recordemos esto, recordémoslo a nuestros hijos, y hagamos nuestra la siguiente fórmula:
“Terra humanitasque una sunt”(Tierra y humanidad son una)
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