En el mañanero, el Presidente Andrés Manuel López Obrador presentó un vídeo con los avances del próximo y urgente nuevo aeropuerto Felipe Ángeles (llamado así en honor al revolucionario mexicano), con un mensaje claro y contundente para la oposición: ¨10 días de trabajo en suelo firme, no en fango¨.
A pesar del avance a cargo de la Secretaría de la Defensa (SEDENA), muy en boca de todos después del operativo en Culiacán en donde se liberó a Ovidio Guzmán (hijo del Chapo), el camino para la construcción seguramente no va a ser sencillo dado a que existen más de 100 juicios de amparo interpuestos por #NoMásDerroches contra la construcción. Éste colectivo habla de los siete requisitos que faltan a Santa Lucía para ser legal:
- El art. 10 de la Ley de Aeropuertos indica que solo sociedades mercantiles con título de concesión respectivo, pueden construir aeropuertos con operaciones civiles y la SEDENA no cumple este requisito.
- No se ha hecho un análisis de costo-beneficio en términos de la Ley Federal de Presupuestos y Responsabilidad Hacendaria.
- No existe un proyecto ejecutivo de AISL debidamente dictaminado y certificado, no se cuenta con un plan maestro.
- La empresa NavBlue no ha entregado los estudios de aeronavegabilidad y orografía.
- No se tiene información en torno al cumplimiento de las condiciones estipuladas por la SEMARNAT en la autorización de impacto ambiental.
- No se han dado a conocer los estudios de prospección arqueológica ni de impacto social.
- No se ha realizado la consulta indígena de la zona como este grupo lo ha estado reclamado.
No es ningún secreto que este tipo de obras aeroportuarias son de una importante complejidad y se lleva estudiando el proyecto de uno nuevo desde hace más de 20 años, cuando se iniciaron los estudios de viabilidad para Texcoco. A pesar de que no es cosa fácil, el presidente promete inaugurar el nuevo aeropuerto de Santa Lucía el 21 de marzo del 2022, día del natalicio del líder del Rito Nacional Mexicano y mi presidente favorito de la historia de México, Benito Juárez.
El aeropuerto que le urge al país ya es una realidad, quizá no vaya a ser un proyecto costoso y de primer mundo como lo era Texcoco, pero traerá beneficios a nuestro país y generará empleos.
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