Primero vimos la severa crisis que se vivió en Ecuador hace unos días que se generó por el alza de los combustibles, que fue utilizado como argumento para iniciar una gran revuelta social que llevó a la capital al vivir un Toque de queda y después de negociaciones el Presidente Lenin Moreno se comprometió a revisar el decreto 883, que eliminaba el subsidio a la gasolina, para responder al acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre una inyección de 4.200 millones de dólares para el país.
“Confiamos en la buena voluntad de todos para establecer un diálogo de buena fe y encontrar una pronta solución a la compleja situación que vive el país”, señaló la ONU en un comunicado conjunto con la Iglesia católica publicado.
A los pocos días se desataron una serie de incidentes igual de violentos pero ahora en Chile estos se originaron por la subida del boleto del metro, que fue mínimo en sentido estricto, 3.75%, sin embargo el enojo social lo usó como un pretexto para salir a las calles.
Me llamó mucho la atención la furia desatada en este país, porque Chile tiene el ingreso per cápita más alto de América Latina -más de 20.000 dólares-, el crecimiento económico estimado para este año es de 2.5% del PBI (por encima del promedio regional) y la inflación bajo el rango meta (2%).
El malestar en la sociedad chilena según los analistas de esa nación, tiene origen en las sucesivas alzas en los costos de la salud y la electricidad, las bajas jubilaciones y una crónica y altísima desigualdad social, lo que en nada se aleja de lo que pueda vivir México en un futuro en cuanto a las jubilaciones, si recordamos que el modelo de cuentas individualizas de retiro (AFORE) lo tomó en su momento el Gobierno Federal de este país sudamericano.
El recrudecimiento de los disturbios determinó que el presidente de país, Sebastián Piñera, decretara el estado de emergencia para gran parte de la capital.
En ambos casos la protesta obligó a ambos Presidentes, Moreno en Ecuador y Piñeiro en Chile a dar marcha atrás de las acciones que detonaron la violencia social en sus países, que en el fondo nos sigue recordando la profunda desigualdad social que se vive en el continente. Trasladándolo a México, recordemos que tenemos los salarios más bajos de toda la OCDE, incluso los mismos están por debajo de países como Honduras, por ello debemos reconocer la iniciativa del Gobierno Federal y de las Cámaras empresariales como COPARMEX que coinciden en la necesidad de seguir incrementando los ingresos de la gente, y pasar de $102.68 pesos en este año a un rango de $117.72 a $127.76 en el 2020 y cerrar el sexenio con 205.41 pesos, lo que debemos ver como una noticia alentadora.
Deseo que la paz y la concordia vuelvan a Ecuador y Chile y que en nuestro caso se acelere el aumento a los ingresos salariales.
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