La caída de un pequeño guerrero, el jaguarundi

Entre las sombras de la selva, oculto entre el exuberante follaje, ser sigiloso, mágico, de mirada hipnótica y cuerpo elástico, escabulléndose lentamente y desapareciendo en un instante, ser invisible que reclama la vida, pequeño guerrero de gran valentía, vinculo íntimo con los dioses, esencia mística ambicionada por los hombres.

El jaguarundi (Herpaulurus yaguarundi), es uno de los seis felinos silvestres que se distribuyen en territorio mexicano, y una de las especies menos estudiadas, sin embargo, esto no significa que sea menos importante, el jaguarundi se encuentra en categoría de riesgo de extinción, listado en la NOM-059-SEMARNAT-2010 como Amenazado. El estado actual de sus poblaciones se desconoce y la pérdida de su hábitat es alta, lo que hacen a esta especie prioritaria para la conservación.

El jaguarundi es un felino de tamaño pequeño, su cuerpo es largo y esbelto, miembros cortos, cabeza pequeña, orejas minúsculas y redondeadas, cola larga -dos tercios de la longitud del cuerpo-, existen dos fases de coloración, una gris obscuro y otra café rojizo o amarillento. La longitud del cuerpo varía, desde los 45cm para las hembras y hasta 85cm para los machos, y un peso corporal de 3 a 6 kg.

Habita en bosques de galería, bosque tropical caducifolio, bosque tropical espinoso y en los bordes de los bosques tropicales húmedos, raramente se encuentran en la profundidad de un bosque con dosel cerrado, por lo general se encuentran en el borde del bosque y en áreas abiertas próximas a ellos, esto se debe a que el jaguarundi es un depredador oportunista, encontrando en estas áreas  pequeños mamíferos, reptiles, diversas especies de aves y peces, sin embargo, suele alimentarse de insectos, frutas y brotes de hierbas.

Actualmente se distribuye en los estados de: Sonora, Nayarit Jalisco, San Luis Potosí, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo y Yucatán. Una de las grandes características de esta especie es que se le encuentra en una gran diversidad de climas, desde cálido húmedo hasta el templado, y desde el nivel del mar hasta los 3,200msnm.

El jaguarundi, al igual que otros felinos silvestres tiene una vida solitaria -factor que hace más fácil su supervivencia-, excepto en la época de apareamiento o cuando los crías o juveniles son dependientes de la madre, que puede ser de 1 a 2 años. Su reproducción es anual, con dos ciclos, en primavera o en invierno. Su periodo de gestación es de 70 a 75 días, dando como resultados camadas que varían de 1 a 2 cachorros. En época de crianza las hembras prefieren bosques con cobertura densa, ya que el sotobosque sirve de resguardo y protección a sus crías.

Desgraciadamente, la pérdida y fragmentación de su hábitat por actividades agrícolas, pecuarias, forestales y urbanas, han provocado la disminución en la disponibilidad de presas, y como resultado, el jaguarundi busca alimento en las zonas urbanas más cercanas, generando conflictos con los productores locales por pérdidas pecuarias, principalmente en aves de corral. Especie que es vista como una plaga para los granjeros locales.

El jaguarundi es otra especie más que corre el riesgo de extinguirse por la ambición humana, realmente no importa que tanto pueda brindarnos la naturaleza, el egoísmo humano siempre está un paso adelante. La historia y las experiencias del pasado no han sido valoradas, de hecho, creo que no han sido comprendidas y en muchos casos menospreciadas.

Recordemos las advertencias y sucesos del pasado, como ejemplo, el declive de los Mayas, su colapso fue una combinación de factores, entre ellos, una situación climática específica, entre los años 300 y 1000 de nuestra era, vivieron una época con precipitaciones anormalmente altas que favorecieron la producción de alimentos y un crecimiento población desmedido, lo cual, derivo en la deforestación para ampliar los centros urbanos, posteriormente, se produjo entre los años 1020 y 1100 una gran sequía que se prolongó varios años, ocasionando la disminución en la producción de alimentos tras la explosión demográfica, y guerras por la escasez de recursos naturales, los cuales daban sustento a esta prospera cultura.

Hoy en día las cosas no han cambiado, seguimos usando y consumiendo de forma insostenible nuestros recursos, agotando al máximo los ecosistemas y sacrificando a la biodiversidad que es la responsable de garantizar su continuidad.

El jaguarundi es una especie más que se esfuma en el olvido y en la falta de interés en protegerlo y conservarlo. Pero, no se trata de una especie más -tal vez el día de mañana una especie menos-, se trata de un eslabón incomprendido en la cadena de la vida, cada ser vivo perdido, cada especie extinta, es un paso atrás en la mal llamada evolución humana, o simplemente, un minuto agotado antes de la extinción humana.

Antero Carmona

*El autor es Médico Veterinario por la UAEMex. Ambientalista, incansable difusor de la protección, conservación y desarrollo sustentable de los recursos naturales, y promotor del trato digno y bienestar animal.

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