La inmigración y la construcción social de la realidad
Si mi padre o mi madre me dijeran que los negros o los asiáticos son malos, les creería. Y cada vez que viera a alguno, sentiría una mezcla de rechazo y miedo. Si yo crezco creyendo que determinadas personas, determinada identidad es “mala” o es un peligro para mí, no dudaría ni un momento en defender lo que es “mío”.
¿Pero qué nos pertenece en realidad en un planeta finito? Júzguelo usted mismo.
El presidente de Estados Unidos, como algunos políticos europeos de ultraderecha han estado utilizando el discurso de la inmigración como un peligro para rentabilizarlo electoralmente.
En Polonia, Israel, Alemania o España se dice que la inmigración es un peligro para la población sin decirlo expresamente lo señalan: hay que acabar con ellos. Pero ¿cómo se acaba con algo que siempre ha existido en la historia de la humanidad? Y, es más, ¿Cómo acabar con algo que resulta una necesidad para una parte importante de la población? Es que acaso ¿no son los hombres “blancos” los que ocuparon la tierra virgen de América hace más de 500 años? Despojando de sus tierras a algunos pobladores de sus propiedades.
No estoy por la labor de recordar la historia en esta breve reflexión, pero si uno aspira o representa a un pueblo, lo mínimo exigible es que conozca la historia no solo de su país sino de historia mundial.
Así mismo, la ignorancia es la madre de todos los vicios: el odio, la flojera, el miedo, la violencia etc.
La tragedia del pasado 3 de agosto en el Paso Texas en la que perdieron la vida más de 20 personas es corresponsabilidad de todos, pues la construcción social de la realidad es de TODOS.
Construimos la realidad con palabras, tecnología, instituciones, prejuicios, mitos, arte, cultura, conocimiento o desconocimiento de lo que Octavio Paz llamaría: las otredades.
Mientras no reconozcamos a las otredades como nosotros mismos, estaremos, la humanidad, condenados a la confrontación. Mientras haya ignorancia habrá miedo, y mientras haya miedo habrá violencia básica. ¿Qué nos separa de los animales después de ver esta tragedia?: LAS ARMAS y el complejo irracional de superioridad primitivo y neurótico.
Quizá estemos condenados a repetir y repetir la historia, pues todo es cíclico. Partiendo de esto: ¿esperamos entonces a una tercera guerra mundial por saber quien es más poderoso que quien? Genocidios, bombas atómicas, crueldad inhumana, y todo ¿para qué? Para saber quien o quienes son superiores en esta historia humana.
Me resisto a creer que la ignorancia humana sea tan grande que lo que sucedió en El Paso sea un hecho que pueda repetirse en cualquier momento y en cualquier lugar.
Ahora sucedió en el país de la “libertad”, hace unos meses en Nueva Zelanda, ¿Quién o quienes seguirán?
Ignorancia y violencia van de la mano, eduquémonos, eduquemos a nuestros niños y niñas, a nuestros jóvenes, para que no tengan miedo de lo que son ellos mismos. Eso será parte de la solución pues la construcción social de nuestra realidad está en cada frase, en cada discurso y en cada palabra.
En memoria de: Jordan, Andre, Angie, Javier, Leo, Maribel, Elsa, Arturo, Iván, María Eugenia, Gloria, Jorge, Sara, Adolfo, Alexander, María, Raúl, David, Luis, Elsa, Maribel, Margie, Juan…
La violencia es el miedo a los ideales de los demás.
Ghandi
Carlos Gonzalo Blanco Rodríguez
Abogado internacionalista y catedrático universitario.
Correo: cgonblanc@aim.com
