México es gobernado por individuos que carecen de visión de futuro y que recurren a políticas del pasado que auguran el fracaso económico y social, así como la involución de los derechos ciudadanos conquistados. Reducen la política a cuestiones tácticas y de corto plazo. Por ello se requiere un cambio cualitativo que postule una sociedad progresista y radicalmente democrática. Nuestro país reclama una modernización que abandone las estrategias obsoletas que sustenta la actual clase gobernante. Es necesario definir los ejes cartesianos de un nuevo ordenamiento político, que sea al mismo tiempo, social, liberal, tolerante y pluralista, que permita contrarrestar la propuesta populista de restaurar el antiguo régimen de partido de Estado, que sustituya el viejo modelo del presidencialismo autoritario y su permanente tentación de abuso del poder.
A menos que se imponga por medios coercitivos, ningún régimen político puede evitar la organización ciudadana para oponerse a sus estrategias retardatarias, injustas y opresivas. Se requiere una alternativa socialdemócrata que coloque los derechos humanos como el fundamento de su proyecto político para configurar un poder público al servicio de los ciudadanos. Las fuerzas liberales y progresistas tienen el deber de preservar y defender la democracia. La unidad opositora es posible conjugando los reclamos de libertad, inclusión y justicia social. El liberalismo político no representa solamente una forma de gobierno o una concepción sobre las instituciones del Estado. Tampoco es un modelo de partido, una moral o una ideología. No se encuentra vinculado a una teoría económica, ni tiene el propósito de impulsar el individualismo.
El liberalismo político sustenta el proyecto social y democrático que permite una forma de concebir la vida colectiva en los sistemas pluralistas. Facilita los procesos de legitimación del poder y la unidad política de la diversidad. La socialdemocracia concibe la igualdad como un reclamo de justicia orientado a la equidad. La justicia es la primera virtud de las instituciones sociales que busca otorgar a las personas lo que les corresponde, que es aquello a lo que tienen derecho. Propone un programa de transformaciones colectivas y un proyecto de emancipación sustentado en los derechos de las personas que haga realidad la conjunción creativa entre las mayores libertades posibles y la más amplia equidad y justicia social. Representa a una comunidad de ciudadanos exigentes, disidentes, anticonformistas y defensores de la estricta libertad de pensamiento y de expresión.
La socialdemocracia se manifiesta contra la arrogancia de quienes invocan el consenso plebiscitario, que hacen de la mayoría una tiranía y que asedian a los disidentes promoviendo diferentes formas de censura. Se caracteriza por el reconocimiento de los derechos de la persona como fundamento de la organización política y por una eficaz protección social contra las injusticias de la naturaleza o la economía. Tratar de conducir el proceso económico solamente con voluntarismo político conduce a una sociedad autoritaria. Los enemigos de la socialdemocracia son aquellos poderes e instituciones que buscan convertir al individuo en un replicante de los intereses de un partido o de una fe política, son quienes aspiran a imponer un programa personalista de transformaciones. Requerimos nuevos y más amplios derechos ciudadanos que permitan estar a la altura de los objetivos que postula una sociedad moderna, sustentada en un orden político progresista y de vanguardia que despliegue las banderas de igual libertad, iguales derechos e igual dignidad para todas las personas.