El día de hoy, en el centenario del nacimiento de Hachiko, se conmemora la historia del perro que se hizo famoso por su increíble lealtad al esperar a su dueño durante una década. Hachiko, un “akita inu” de color blanco-crema, nació hace casi 100 años y desde entonces ha sido recordado de diversas formas. Su historia ha sido plasmada en libros, películas e incluso en una serie de dibujos animados de ciencia ficción como “Futurama”.
En estos días, una película china sobre Hachiko está siendo todo un éxito en taquilla, convirtiéndose en la tercera versión cinematográfica después de una producción japonesa en 1987 y otra protagonizada por Richard Gere en 2009. El impacto global de Hachiko es innegable, superando incluso a otras historias de perros devotos como Greyfriars Bobby.
Una estatua de bronce de Hachiko se encuentra frente a la estación de Shibuya en Tokio, el lugar donde el perro esperaba en vano a su dueño durante una década. La estatua original fue erigida en 1934, pero tuvo que ser reciclada durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, su legado persiste y continúa siendo un símbolo de devoción y fidelidad.
La historia de Hachiko
Para los japoneses, Hachiko encarna el “ciudadano japonés ideal” debido a su devoción y comprensión de su lugar en el mundo, sin depender de la racionalidad. La profesora Christine Yano, de la Universidad de Hawái, describe a Hachiko como un perro leal, confiable y obediente, que personifica las cualidades admiradas en la cultura japonesa.
Hachiko nació en noviembre de 1923 en la ciudad de Odate, en la prefectura de Akita, que es el hogar original de la raza de perros akitas. Estos perros japoneses de gran tamaño son considerados una de las razas más antiguas y populares del país. Antiguamente, eran entrenados para cazar animales como jabalíes y alces, lo que les otorgó un lugar especial en la cultura japonesa. De hecho, en 1931, el gobierno japonés los designó como íconos nacionales.
El Homenaje
Cada año, el 8 de abril, se lleva a cabo un servicio conmemorativo en honor a Hachiko frente a la estación de Shibuya. La estatua de Hachiko se decora con bufandas, gorros de Papá Noel y, más recientemente, incluso con una máscara quirúrgica. Además, su montura se exhibe en el Museo Nacional de Naturaleza y Ciencia de Tokio. Algunos de sus restos descansan en el cementerio de Aoyama, junto a los de su dueño, Ueno.
Hachiko ha sido homenajeado con estatuas en diversas ubicaciones, incluyendo su ciudad natal de Odate, la Universidad de Tokio, Hisai y Rhode Island, el escenario estadounidense de la película de 2009. Además, Odate ha organizado una serie de eventos conmemorativos este año, en honor al centenario del nacimiento de Hachiko.
¿Seguirá celebrándose la memoria del perro más leal del mundo dentro de un siglo?
La profesora Yano y otros optimistas creen que sí, ya que consideran que el “heroísmo de Hachiko” trasciende cualquier período específico y se mantiene atemporal. Para ellos, el amor incondicional y la devoción de Hachiko perdurarán, y su historia vivirá para siempre en los corazones de las personas.
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