El 1 de diciembre se celebra el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA. Fue el primer día dedicado a la salud en todo el mundo, y la razón de elegir esa fecha concreta fue por razones de impacto mediático, al ser el primer día del mes de diciembre.
En este día, se hacen muchos actos de concienciación; muchas personas salen a la calle con un lazo rojo, símbolo de la lucha contra el Síndrome de Inmunodeficiencia Humana (SIDA, por sus siglas en inglés); grupos de personas se movilizan para recaudar fondos para la investigación y para dar su apoyo y solidaridad a las personas con SIDA.
Origen del Día Mundial del SIDA
La primera vez que se celebro el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA fue en 1988 y desde esa fecha, el virus ha matado a más de 25 millones de personas en todo el mundo, lo que supone una de las epidemias más destructivas de la Historia.
El Día Mundial de la Lucha contra el SIDA se ha convertido en uno de los días de la salud más reconocidos y supone una oportunidad para recordar a los que han fallecido, crear conciencia y celebrar victorias como el acceso a servicios de prevención y tratamientos antirretrovirales.
En 2011 ONUSIDA decidió cambiar el nombre Día Internacional de la Lucha contra el Sida por el de Día Internacional de la Acción contra el Sida, por considerar que la palabra “lucha” tiene una connotación belicista.
En 2004 se creó el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA).
Desde entonces se han propuesto temas para el Día Mundial de la Lucha contra el SIDA. Estos temas tienen una duración de uno a dos años y no solo se usan para el día mundial sino para trabajar por la lucha contra el SIDA en general.
La campaña del Día Mundial del Sida de 2019 tuvo como lema “Las comunidades marcan la diferencia”. Y se centró en el esfuerzo de las comunidades para la lucha contra el SIDA en un momento donde la falta de financiación hizo peligrar la sostenibilidad de los servicios.
Las comunidades tienen el poder de seguir liderando la lucha contra el SIDA: trabajadores sociales y sanitarios, asociaciones de personas que viven con el VIH, las mujeres, los jóvenes, colectivos afectados, todos ellos tienen la llave para seguir luchando contra esta enfermedad.
Lema 2022: Igualdad ya
En 2022, la igualdad sigue siendo el grito de la campaña por el Día Mundial contra el SIDA. Las desigualdades que dan continuidad a la pandemia del SIDA se pueden evitar, y de esta forma será más fácil frenar la infección. Los datos demuestran que en los últimos años en los que ha aparecido el COVID, los recursos contra el SIDA se han reducido y se han puesto en riesgo muchas vidas.
Las desigualdades persisten en los servicios más básicos, como el acceso a las pruebas de detección, el tratamiento y los preservativos. Las mujeres jóvenes africanas son las mayores afectadas por el VIH.
En todo el mundo 37 millones de personas viven con el SIDA y una cuarta parte desconoce que tienen el virus. Es vital que una persona que recibe un resultado positivo acceda a un tratamiento antirretroviral para que pueda tratarse, tener una vida saludable y evitar la transmisión.
Las pruebas del VIH son esenciales para asegurar a las personas que tienen el virus el acceso a los mejores tratamientos y que puedan llevar una vida digna y productiva. Las pruebas para saber si una persona tiene el virus del SIDA son sencillas de realizar. Basta con una extracción de sangre.
Sin embargo, hay muchos obstáculos que siguen dificultando la realización de estas pruebas. En muchos casos no se garantiza el acceso confidencial a las pruebas, y el estigma y discriminación que rodean a la enfermedad hace que muchas personas solo accedan a hacerse las pruebas después de padecer los síntomas y encontrarse muy mal.
¿Qué es el SIDA?
El SIDA es una enfermedad causada por el VIH, un virus que ataca de manera directa el sistema inmunológico, provocando, a la larga, que las personas presenten serios problemas de salud como infecciones, así como enfermedades graves como el cáncer y que puede terminar con la vida de quien lo padece.
El SIDA se ha convertido en una verdadera pandemia mundial, que ha cobrado la vida de millones de personas, siendo el continente africano el que presenta mayor número de infectados.
¿Qué diferencia existe entre el VIH y el SIDA?
Por lo general, el VIH y el SIDA son dos términos que las personas tienden a comparar y pensar que tienen el mismo significado, cuando en realidad, es que no siempre los portadores de VIH terminan padeciendo de SIDA, ya que si el paciente es sometido a tiempo al debido tratamiento, esto puede coadyuvar a mantener el virus controlado y así evitar que se desencadene este último.
Muchos pacientes que han sido diagnosticados con VIH, no han llegado a contraer el SIDA. Estas personas son capaces de pasar años con el virus en su cuerpo, pero sin llegar a un deterioro grave del sistema inmune, que ponga en peligro su vida. De ahí la importancia de un diagnóstico oportuno, para luego ser sometido al debido tratamiento.
El VIH es el causante de que las células CD4 (glóbulos blancos) y encargadas de defender al cuerpo de las infecciones, vayan desapareciendo, lo cual termina por dañar de forma progresiva los sistemas y órganos, provocando cuadros graves e inclusive la muerte.
¿Cómo se contagia el VIH?
Hay distintas maneras de contraer el VIH. Las personas se contagian a través del contacto sexual por medio de las secreciones, ya sean vaginales, el semen, también cuando hay contacto con la sangre, y durante la lactancia materna.
Si el cuerpo presentara heridas o cortes, es bastante probable que el virus entre en la sangre; tener sexo vaginal o anal; o cuando las personas son adictas a estupefacientes y comparten agujas o jeringas. Por error humano, una persona puede contraer el virus, si es punzado con una aguja infectada.
El VIH también puede transmitirse al bebé cuando la mujer está embarazada y una vez que comienza el amamantamiento. Contrario a lo que se piensa, el virus no es transmisible por la saliva, ni mucho menos por usar utensilios de un enfermo, compartir alimentos o por darse un abrazo.
Otros de los mitos que hay es que el VIH se contagia cuando se reciben transfusiones sanguíneas. Quizás en el pasado hubo casos de este tipo, pero hoy resulta poco probable que esto pase, ya que en los centros asistenciales como hospitales, clínicas y laboratorios primero se someten a rigurosos análisis todas las donaciones de sangre para evitar futuros contagios.
Prevención, el mejor tratamiento contra la enfermedad
La manera más segura de prevenir el SIDA es evitar el contacto sexual con personas infectadas y en caso de que el acto llegue a consumarse, será necesario asegurarse de tomar las debidas medidas de protección.
La primera medida de seguridad a la hora de intimar, es el uso de preservativo durante todo el acto sexual. Aunque esto no garantice al cien por cien que la persona no contraerá el virus, hay menor riesgo de contagiarse.
Otra manera de que el VIH pueda ser transmitido es a través del uso de jeringas de personas adictas a las drogas y que también pueden tener el virus en su organismo y transmitirlo a través de la sangre a una persona que este sana.
Actualmente se emplea el llamado PrEP (profilaxis pre-exposición), el cual consiste en la toma diaria de una píldora cuando el paciente de alto riesgo, esto debe hacerse de forma rigurosa, sin dejar de lado el debido control médico cada cierto tiempo para comprobar que la persona no tenga el virus ya alojado en su organismo.
En cuanto a mujeres embarazadas y que estén infectadas, lo ideal es que la madre sea sometida a una cesárea y después del alumbramiento, evitar la lactancia materna.