El cambio climático se ha convertido en una amenaza creciente y peligrosa para nuestro bienestar y la salud del planeta. Según un informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, está alterando la naturaleza de forma peligrosa y generalizada, afectando la vida de miles de millones de personas en todo el mundo, a pesar de las medidas adoptadas para reducir los riesgos.
El informe sobre el cambio climático indica que la cantidad de fenómenos extremos ha alcanzado valores nunca antes observados y aumentará a medida que se incremente el calentamiento global. Cada pequeño aumento importa, ya que el cambio climático causado por actividades humanas ya influye en muchos fenómenos meteorológicos y climáticos extremos en todas las regiones del mundo. Los fenómenos extremos, como las olas de calor, las precipitaciones fuertes, las sequías y los ciclones tropicales, están cambiando y esa evolución se debe a la influencia humana.
Con un calentamiento global de 1,5 °C, el mundo deberá enfrentar múltiples peligros climáticos inevitables en las próximas décadas. Si se supera ese umbral de calentamiento, aunque sea de forma transitoria, se enfrentarán graves consecuencias adicionales, algunas de las cuales serán irreversibles. Los riesgos para la sociedad aumentarán, especialmente para las infraestructuras y las poblaciones en las zonas de costa.
Cuando múltiples fenómenos meteorológicos extremos se producen de forma simultánea, ocasionan consecuencias en cascada que son cada vez más difíciles de gestionar. A raíz de esos fenómenos, millones de personas están expuestas a una grave inseguridad alimentaria, especialmente en África, Asia, América Central y del Sur, las islas pequeñas y el Ártico.
Sequias y fuertes lluvias dentro del cambio climatico
Desde la década de los 50´s, los episodios de calor extremo son más frecuentes e intensos y ninguna región escapa a ellos. Las temperaturas superiores a 40 °C, e incluso a 50 °C, se dan con mayor frecuencia en muchas partes del mundo, lo que supone una gran amenaza para la salud y el bienestar de las personas.
Dos olas de calor extremo en 2003 y 2010, fueron las causantes del 80 % de las muertes relacionadas con el tiempo. Las lecciones aprendidas de la ola de calor de 2003 fueron decisivas para la introducción de sistemas de alerta que avisan de los riesgos del calor para la salud, así como también para la aplicación de planes de acción, medidas que actualmente promueven muchas de las organizaciones de la salud.
El cambio climático también se manifiesta en el ciclo del agua: una atmósfera más cálida contiene más humedad. Por ello, la frecuencia y la intensidad de las lluvias fuertes han aumentado desde la década de 1950 y todo apunta a que esa tendencia se mantendrá. Se prevé que las precipitaciones diarias extremas se intensifiquen en un 7 % por cada grado centígrado de calentamiento global.
En los últimos años se han podido observar numerosos episodios en los que el equivalente a la precipitación de un mes o incluso de muchos meses, ha caído en cuestión de horas o días, provocando inundaciones devastadoras y mortíferas, como por ejemplo en África, Asia, Europa y América del Norte y del Sur.
Muchos podrían decir que ya es tarde para intentar un cambio pero de no hacerlo, las próximas generaciones se veran afectadas poniendo en riesgo incluso la supervivencia humana y de la mayor parte de vida del planeta.
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