Después de doce años de estar encarcelados, Honorio Corcuera Noyola y Margarito González Domínguez finalmente fueron liberados del penal estatal varonil de San Francisco Tanivet en el municipio de Tlacolula de Matamoros, Oaxaca. La liberación se debió a que se determinó que eran víctimas de tortura y no se pudo comprobar su responsabilidad en los delitos imputados.
La coordinadora general del Comité de Defensa Integral de Derechos Humanos Gobixha (Codigo-DH), Candelaria Castellanos Alvarado, explicó que ambos hombres fueron detenidos en diciembre de 2011 y acusados un mes después por la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Durante su detención, los dos hombres sufrieron torturas, malos tratos y coacción por parte de agentes ministeriales, lo que violó su derecho al debido proceso y a una investigación apegada a derecho.
Castellanos Alvarado señaló que la PGJE ejerció la acción penal por el delito de homicidio calificado contra Corcuera Noyola y González Domínguez, “sin existir el cuerpo de la víctima, porque aún se encuentra desaparecida”. Esta situación ilustra la falta de rigurosidad en la investigación y el manejo inadecuado de las pruebas en este caso.
La liberación de estos dos hombres es un paso importante hacia la justicia y la protección de los derechos humanos. Sin embargo, también es un recordatorio del trabajo que aún queda por hacer para garantizar que los derechos de todos los ciudadanos sean respetados y protegidos en todo momento.
