Científicos aseguran que la capa de ozono se recuperó en 2022

La capa de ozono que protege de la radiación solar se recuperó en 2022 y se habrá reconstituido en las próximas cuatro décadas de seguir con la trayectoria actual.

La capa de ozono se está recuperando desde que se inició la eliminación progresiva a nivel mundial de las sustancias perjudiciales para esta y, de mantenerse las medidas previstas en el Protocolo de Montreal durante los próximos cuatro decenios, esta mejora contribuirá a ralentizar el aumento global de temperatura aproximadamente en 0,5 grados centígrados de aquí a 2100, según ha confirmado este lunes la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Los datos del ‘Informe de evaluación cuadrienal del Grupo de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal’ confirman que la eliminación progresiva a escala mundial del 99% de las sustancias químicas perjudiciales para la capa de ozono está permitiendo su recuperación y mitigar el cambio climático.

La alarma inició en los años 1990, en gran parte, por el histórico acuerdo firmado por 200 países en 1987 en Montreal, para eliminar la emisión de aerosoles clorofluorocarburos contribuyó enormemente a este cambio radical.


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La dispersión de partículas industriales en la atmósfera estaba poniendo en peligro esa capa delgada y esencial para la preservación de la vida terrestre, situada a entre 11 y 40 kilómetros por encima de la superficie del planeta.

El trabajo, que ha sido presentado este lunes en la CIII reunión de la Sociedad Meteorológica de Estados Unidos, advierte de los efectos no deseados en la capa de ozono que podrían tener tecnologías novedosas como la geoingeniería.

El informe confirma la recuperación notable de la estratosfera superior y la disminución de la exposición de las personas a la radiación ultravioleta (UV) nociva del sol. De este modo, estima que de mantenerse las políticas actuales, la capa de ozono recuperará sus valores de 1980, es decir, previos a la formación del agujero de ozono, aproximadamente en 2045 en el Ártico; en 2066 en la Antártida y en 2040 en el resto del mundo.