Con 410 votos a favor, 192 en contra y 52 abstenciones, el Parlamento Europeo se sitúa en el bando de los que quieren acabar con el cambio de hora estacional en la Unión. Dos de las tres grandes instituciones europeas quieren que dejemos de sumar y restar horas a nuestros relojes.
Descartado el plan inicial de la Comisión de que 2019 fuera el último año en que cambiáramos la hora, los europarlamentarios acaban de pedir a los Estados Miembros que lleguen a un acuerdo antes de 2021. Como llevamos viendo desde agosto del año pasado, matar al cambio horario es más fácil de decir que de hacer.
La Comisión mueve ficha El 30 de septiembre, el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, anunció que iban a hacer todo lo que pudieran para suprimir el cambio de hora en la Unión Europea. De hecho, su propuesta fue que 2019 fuera el último año en que cambiáramos de hora. Lamentablemente, el proceso legislativo europeo es tan complejo que no era fácil conseguirlo.
¿Cómo matar el cambio de hora? Para aprobar el fin del cambio horario estacional, la Comisión, el Parlamento y los países miembros deben ponerse de acuerdo. Al sí de la Comisión se le suma ahora el del Parlamento y la pelota está en el terreno de las capitales nacionales que, sobre el papel, tendrán que ponerse de acuerdo antes de 2021.
Así que ya está todo hecho Bueno, en realidad, no. Los ritmos del Consejo son muy suyos y, aunque todo apunta a que sí, nadie podría dar nada por cerrado. Países como Portugal ya han dicho que seguirán cambiado la hora como recomienda el Observatorio Astronómico de Lisboa y España anunció hace unos días que sus expertos no han sido capaces de ponerse de acuerdo tras meses de discusión sobre el asunto.
En la recta final Los argumentos a favor (“La nueva tecnología y las diferentes formas de vida significan que ya no ganamos nada “, ha defendido Marita Ulvskog en el Parlamento) y en contra están claros. Sin embargo, la decisión parece difícil. Tenemos dos años para escoger una opción que nos acompañará el resto de la vida.