22 DE JUNIO DE 2025
• Entre ajolotes sonrientes, pinceles solidarios y médicos con alma de artistas, un mural transforma el área de cirugía y oncología pediátricas en un refugio de alegría y color.
TOLUCA, Estado de México. A veces, la medicina también se aplica con brochas y colores. En el Hospital Materno Infantil del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMYM), las paredes del área de cirugía y oncología pediátricas dejaron de ser grises para llenarse de vida: un mural de 300 metros cuadrados se convirtió en una receta visual de esperanza para niñas y niños que libran batallas grandes en cuerpos pequeños.
Más de 50 imágenes habitan ahora ese espacio. Son pequeños cuidadores —niños y niñas jugando a ser médicos— atendiendo a especies endémicas como: ajolotes, tlacuaches, tejones y quetzales. Una escena de fantasía con vocación terapéutica, que cobra aún más sentido en un entorno donde la salud emocional también cura.
La iniciativa nació del corazón de médicos e integrantes del voluntariado del ISSEMYM, que no sólo saben de bisturís y diagnósticos, sino también de arte, empatía y humanidad. Coordinados por Ignacio Salgado García, Director General del Instituto y por los artistas Leonardo Daniel de la Rosa Salinas y Karina Juárez Lucero, el mural se convirtió en una caricia al ánimo de quienes más lo necesitan.
El mural no es solo decorativo: es un acto de presencia y un gesto de ternura institucional. Fue pintado con materiales biodegradables, seguros para los pacientes hospitalizados, y forma parte de una política más amplia del gobierno de la Maestra Delfina Gómez Álvarez, que impulsa espacios de atención más humanos y sensibles.
Durante 2024, el Hospital Materno Infantil atendió 3 mil 387 casos oncológicos y realizó 854 cirugías pediátricas. Hoy, sus paredes también sanan.
El proyecto fue posible gracias a la suma de voluntades. María del Pilar Du Solier Grinda, Directora de Ferrer For Good y de Rosa Martha Medina Peñaloza, Presidenta de Apoyo Voluntario ISSEMYM, A.C., se unieron al equipo médico en esta cruzada por transformar un hospital en un lugar donde la esperanza también se dibuja.
Porque a veces, en medio del dolor, basta con ver un ajolote feliz pintado en la pared para recordar que todo va a estar bien.