Por: José Eder Santos Vázquez
Difícil la situación de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), muestra la realidad de los universitarios, quienes siempre se han distinguido por alzar la voz cuando es necesario; ya suman más de 40 días de suspensión de actividades en diferentes espacios universitarios y más de 30 días desde la toma de rectoría.
Aquí la importancia de hacer caso a los jóvenes universitarios cuando tienen algo que decir, sobre todo la atención de las autoridades de la UAEMex, porque el “corazón dorado y verde” se lleva con orgullo por ser parte de esa gran alma mater y cualquiera que atente contra ella, tiene consecuencias; ejemplo de lo anterior, la situación que sucedió con respecto a Eréndira Fierro, quien el pasado 10 de enero presentó su renuncia ente la Comisión Electoral derivada de las movilizaciones estudiantiles.
Dejando así un antecedente permanente, el aprendizaje es que se debe atender de manera prioritaria a los estudiantes de este máximo claustro, de eso es testigo Carlos Eduardo Barrera Díaz, ex Rector de la UAEMex, nombre que quedará en las páginas de la historia universitaria del Estado de México.
El carácter y la determinación de los universitarios, está marcado desde su ingreso en nivel medio superior y se reafirma en el nivel superior, en este sentido, han tomado las calles, con consignas y en silencio, y lo han plasmado en muros emblemáticos de esta casa de estudios.
El pasado 6 de mayo estudiantes de la UAEMex ocuparon Rectoría como forma de presión porque consideraron que el proceso de elección era excluyente, derivado de no haber sido atendidos por el Titular de la Casa Magna; a este movimiento se fueron sumando las facultades de Ciencias Políticas, Derecho, Arquitectura y Diseño, Contaduría, la Unidad Académica Profesional de Tianguistenco, Ciencias de la Conducta, Humanidades y Artes.
Los víveres no se hicieron esperar, para aquellos estudiantes que se encontraban dentro de Rectoría. Por otro lado, no es de extrañarse que, ante la presión de la comunidad estudiantil, cinco candidatas solicitaron, al entonces Rector Carlos Eduardo Barrera Díaz, que atendiera las demandas del alumnado, instalando una mesa de diálogo; dentro de los principales puntos, solicitaron el cese de cualquier intento de represalia en contra de las y los estudiantes manifestantes. De igual forma, pidieron al Consejo Universitario, se garantizara el proceso de elección y que se resolvieran de manera inmediata las impugnaciones.
Uno de los actos emblemáticos de este movimiento estudiantil, sucedió un día después de la toma de Rectoría, ya que amaneció una bandera con el escudo de la UAEMex en el que se lee “Justicia, libertad, casa del estudiante”, a decir verdad, en la explanada no se observaba ningún estudiante, pero sí se escuchaba el himno institucional.
La comunidad universitaria acordó con el Secretario de Rectoría, que el entonces Rector, recibiría a los estudiantes permitiendo su ingreso, siendo estos más de 100 quienes pegaron cartulinas con cada una de las demandas, así como con frases de profundo significado para la comunidad estudiantil.
Los estudiantes solicitaron la renuncia del Rector, mediante consignas de “No a la imposición”, “Transparencia en la elección”; este movimiento no excluye a los alumnos de preparatoria, quienes se suman y protestan en las calles de Toluca para expresar su inconformidad con el proceso de revocación de la Rectoría.
En las calles quedará el eco de las frases: “No a la imposición”, “UAEMex, la manzana podrida”, “La educación no se vende, se defiende”, con esto, la Universidad reconoce el derecho de expresarse a todos y cada uno de los estudiantes.
Faltaba que la Universidad Autónoma del Estado de México no reconociera un derecho fundamental, como la libertad de expresión, tan adecuada para los universitarios y tangibles como la propia y renovada “Casa del Estudiante”, así se leía en las pancartas: “Nacimos gritando y nos quieren callar”.
Así fue como también se unieron los estudiantes de salud, cerraron Paseo Tollocan para exigir algunos puntos que fueron publicados en el primer comunicado de la “Casa del Estudiante” (anteriormente rectoría) donde como primer punto señalan que el edificio ha sido renombrado por el movimiento estudiantil como la Casa del Estudiante, en honor a la lucha por la defensa del derecho humano a la educación.
El segundo punto de este documento se resaltó que la toma de la Institución es producto del rechazo al proceso electoral y convocaban a no votar el 12 de mayo, con lo cual no darían validez al proceso; el diálogo se ha convertido en un ir y venir, con manifestaciones, cerrando avenidas o en silencio, cada una de ellas con el sentir de los estudiantes.
Hoy en día sigue sobre la mesa, ¿Cuál será la solución a las peticiones ciudadanas? y ¿Quién será quien ponga orden a este gran acontecimiento?, que sin duda quedará en la memoria de los mexiquenses, así como aquella reelección controvertida de 1976-1977 o la protesta universitaria tras la muerte de la profesora de danza en el Teatro Universitario de Los Jaguares en 2019 – 2020.
Alguien debe atender las peticiones de los estudiantes, quienes tienen certeza de lo que piden y sobre todo tienen sed de educación y democracia universitaria; en fin, esto es simplemente un punto y aparte.