En una gasolinera oaxaqueña ocurre algo más que cargar combustible: también se reparte cariño en forma de cuatro patas. Se trata de Mailo, un perrito mestizo rescatado de las calles que se ha convertido en el alma del lugar y en un fenómeno viral que inspira empatía y conciencia sobre la adopción animal.
La historia de Mailo comienza con el abandono. Llegó desnutrido, sucio y temeroso a una estación de servicio en San Raymundo Jalpan. Pero el destino le tenía preparada una segunda oportunidad. Los empleados del lugar no solo le ofrecieron agua y alimento, sino un hogar, un uniforme con su nombre bordado y, sobre todo, afecto.
Desde entonces, Mailo no es solo un visitante más: es parte del equipo. Acompaña a los despachadores, descansa bajo la sombra de las bombas de gasolina y recibe con alegría a niños, turistas y vecinos, quienes lo saludan con caricias y fotos.
La fama de este lomito se disparó gracias a TikTok, donde su cuenta oficial @mailoelperrogasolinero ha acumulado más de 18.2 millones de ‘me gusta’ y 547 mil seguidores hasta mayo de 2025. Sus videos muestran su día a día en la estación y han tocado corazones en todo México y el extranjero.
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Un mensaje que va más allá de lo viral
Más allá de la ternura que despierta, la historia de Mailo ha puesto sobre la mesa un tema urgente: la situación de los animales callejeros en México. Según el INEGI, más del 70% de los 23 millones de perros en el país viven en la calle, y estados como Oaxaca enfrentan una grave escasez de centros de control animal y campañas de esterilización.
La popularidad de Mailo ha impulsado el interés por la adopción responsable. Asociaciones locales como Huellitas de Amor Oaxaca y Adopta Oaxaca han reportado un aumento en solicitudes de adopción y apoyo económico desde que su historia se viralizó.
Además, otras gasolineras en el país han comenzado a replicar la idea: adoptar lomitos rescatados para integrarlos como parte de sus equipos, promoviendo el bienestar animal y fortaleciendo su conexión con la comunidad.
Un símbolo de amor y segundas oportunidades
Mailo demuestra que los pequeños gestos pueden transformar vidas. De la indiferencia del abandono al calor de una familia, su historia es un recordatorio de que todos merecen una segunda oportunidad y que la empatía puede cambiar el rumbo de una vida… incluso en una gasolinera.