Producción de autos eléctricos en México enfrenta presión por nuevos aranceles

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La producción de autos  eléctricos en México avanza en un entorno de creciente incertidumbre. El endurecimiento de la política comercial de Estados Unidos, impulsado por las nuevas medidas proteccionistas del expresidente Donald Trump, amenaza con frenar el crecimiento de este sector estratégico para la industria automotriz mexicana.

Actualmente, México ensambla seis modelos de autos eléctricos: el pionero Ford Mustang Mach-E, junto con el Chevrolet Blazer, Chevrolet Equinox, Cadillac Optiq, Honda Prologue y Jeep Wagoneer S. Sin embargo, la continuidad de estos proyectos depende en gran medida de la demanda estadounidense, la cual podría verse afectada por la eliminación de incentivos fiscales y la imposición de nuevos aranceles a la importación de vehículos eléctricos.

Impacto del proteccionismo en la cadena de suministro mexicana

Durante la última década, se generó un gran entusiasmo en torno a la movilidad eléctrica. De acuerdo con proyecciones de Statista, se esperaba que los vehículos eléctricos representaran el 30% de las ventas globales para esta época, impulsando una ola de inversiones extranjeras directas (IED) en México, particularmente en el sector de autopartes.

Un caso emblemático fue el de Nemak, empresa mexicana líder en autopartes de aluminio, que en 2022 anunció contratos por 1,530 millones de dólares para proveer piezas a fabricantes de autos eléctricos. Este crecimiento alentó la construcción de tres nuevas plantas especializadas en la producción de carcasas para baterías.

No obstante, la adopción de autos eléctricos en Norteamérica ha sido más lenta de lo previsto, representando actualmente menos del 10% de las unidades vendidas. Esta desaceleración ha impactado negativamente a empresas como Nemak, que reportó pérdidas financieras en el último año y decidió aplazar la apertura de nuevas plantas tanto en México como en Alemania.

En un comunicado, la compañía aseguró que logró acuerdos comerciales para compensar parte de las inversiones realizadas, aunque no detalló los montos ni el impacto a largo plazo en su estrategia de expansión.

Inversionistas adoptan postura de cautela

La inestabilidad en la relación comercial entre México y Estados Unidos ha llevado a que los inversionistas actúen con mayor precaución. De acuerdo con Gerardo Gómez, director de J.D. Power México, las decisiones de inversión estarán ahora sujetas a una evaluación más conservadora hasta que se restablezca la confianza en el entorno comercial bilateral.

Esta situación pone en riesgo la continuidad del flujo de capital extranjero, que ha sido vital para posicionar a México como un hub de manufactura de vehículos eléctricos en América del Norte.

México frente a la competencia global

Mientras tanto, China consolida su liderazgo en la industria de autos eléctricos. Empresas como CATL y BYD dominan la producción de baterías y se han convertido en proveedores estratégicos de gigantes automotrices como Tesla, Mercedes-Benz y BMW, gracias a una cadena de suministro completamente integrada.

En contraste, México todavía enfrenta retos importantes, especialmente en la producción de baterías, un componente crucial para la competitividad del sector.