Ensamblar libertad y empresa

Por Adriana Delgado Ruiz | @AdriDelgadoRuiz

 

Casi ninguna libertad actual es real si no está soportada con libertad financiera. Aplicar esa visión en los negocios hace que el ideal de prosperidad incluyente se convierta en realidad. Un producto que no sólo genera empleos en su fabricación sino que permite a quienes lo adquieren convertirlo en una fuente de ingresos, cierra el círculo.

Alberto Tanús, el CEO de Itálika, la marca líder de motocicletas que en 20 años de existencia ha logrado captar el 70 por ciento del mercado mexicano, revela su secreto: “Muchísima gente tiene la posibilidad de generar 150 pesos a la semana para no estar gastando más en transporte público, sino para invertir en su medio de transporte propio y tener algo de patrimonio. Muchas veces pasa que logran generarlos debido a que se hicieron de su Itálika”.

Una motocicleta permite el autoempleo o el emprendimiento de negocios muy nobles como la mensajería rápida; alquiler; reparto de alimentos; servicios de mecánica, plomería u otras reparaciones de emergencia, etc. Las posibilidades son muchas y amplias.

Al inicio de este mes, Ensámblika echó a andar su segunda planta en México. 71 mil metros cuadrados con líneas de montaje de última generación que pueden producir 500 mil motocicletas de 32 modelos diferentes por año. La nueva fábrica está ubicada en El Salto, Jalisco, donde contempla la creación de mil 200 empleos directos y muchos más indirectos, lo que es una gran contribución al fortalecimiento del tejido social y económico en el estado.

Además del valor económico y social, la filosofía de prosperidad incluyente de Grupo Salinas, propietario de Itálika y Ensámblika, es el valor ambiental. La nueva planta tiene la certificación LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental) que es un sistema de calificación internacional para edificios sustentables. La electricidad que utiliza incluye un megavatio de energía fotovoltaica a cargo de Grupo Dragón.

La historia de Itálika es un ejemplo de resiliencia. En un entorno tan enrarecido por la incertidumbre económica, la falta de seguridad y de estado de derecho, mantener su apuesta por invertir en México e impulsar un mercado con gran potencial para que muchos mexicanos desarrollen sus propias capacidades de generar riqueza, bienestar y libertad, es un modelo a seguir basado en pilares muy sólidos: precios accesibles, canales de distribución estratégicos, respaldo de fábrica, abastecimiento de refacciones y crédito mediante Banco Azteca.

Por cierto, hablando de esa institución financiera, su cuenta Somos fue reconocida con la Insignia Sáasil que otorga la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) por ser un producto con perspectiva de género.

Con ella, además de ahorro y servicios bancarios, más de 580 mil mujeres han tenido acceso a más de 2.2 millones de consultas médicas con especialistas, 1.1 millones de orientaciones psicológicas, 900 mil consultas nutricionales, 700 mil asistencias legales y educativas, así como 580 mil chequeos médicos que han contribuido a su bienestar y a superar episodios difíciles que de otra forma habría sido mucho más difícil o tal vez imposible afrontar.

El papel de las mujeres en la economía y la sociedad es más relevante que nunca y este tipo de herramientas permite ese impulso tan necesario para avanzar. Estancarnos como país no es una opción.