Orden Judicial suspende la exposición “La venida del señor” de la UNAM
Recientemente, una Orden Judicial ordenó a la UNAM desinstalar la exposición “La venida del señor” del del artista chiapaneco Fabián Cháirez. La Asociación de Abogados Cristianos (ACC) consiguió que un juez federal emitiera la orden, la cual dictaba que de no suspender la exposición en un plazo de 24 horas se haría uso de la fuerza pública. El Juez cedió, luego de que el grupo de católicos denunciara que dentro de la exposición se violentaba su religión a través de la transgresión de símbolos con valor espiritual para ellos.
Denuncia y recolección de firmas
La decisión judicial llegó después de que el grupo católico presentara una denuncia formal, argumentando que la exposición se burlaba y profanaba símbolos religiosos. Además, la ACC lanzó una campaña de recolección de firmas para exigir la cancelación de la muestra. Hasta el momento, han reunido 21 mil 821 firmas con el mensaje: “Bajo el pretexto de la ‘libertad de expresión’, esta muestra de arte irrespeta a la comunidad católica”.
Suspensión y audiencia pendiente
El juez concedió una suspensión provisional a los denunciantes y fijó la audiencia para el 11 de marzo, donde se decidirá si la suspensión se convierte en definitiva. La exposición, que se inauguró el 5 de febrero y estaba programada hasta el 7 de marzo de 2025 en la Academia de San Carlos, quedó suspendida por orden judicial.
La Academia de San Carlos y la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM emitieron un comunicado el 3 de marzo, señalando que “a efecto de dar cumplimiento a un mandamiento judicial en materia de amparo, se suspende la exposición ‘La venida del señor’ hasta en tanto se resuelva el juicio”.
Fabián Cháirez denuncia censura en su arte
La muestra incluía nueve obras que exploraban la relación entre la sexualidad y la religión, con imágenes de curas, monjas y ángeles en poses eróticas. Cháirez explicó que su intención era comparar “el éxtasis religioso con el éxtasis sexual”.
Ante la suspensión, el artista calificó la medida como un acto de censura y expresó su inconformidad porque no se le notificó como tercero interesado, lo que le impidió defender su obra. “La censura impuesta a mi trabajo es un acto de intolerancia que niega la posibilidad de debatir y de encontrar nuevas formas de interpretar nuestra relación con lo divino. No se puede permitir que el miedo o el dogma dicten los límites del arte”, denunció Cháirez.
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