‘In God We Trust’

El mundo y el país, cada uno con su propia dinámica derivada de la actitud de gobernantes disruptivos, presentan una realidad que obliga no sólo a entenderla, sino a asumirla y adaptarse. Se equivoca quien diga que es fácil. Parte de lo que considerábamos inamovible está a revisión y otro tanto ha colapsado. Se puede percibir con mayor claridad en México, por el efecto devastador de las transformaciones constitucionales.

El regreso de Donald Trump ha impuesto un cambio sin precedente. No todo lo que pretende se cumple, pero la forma y las decisiones hasta ahora emprendidas significan un cambio profundo, muy preocupante por sus implicaciones. La contención judicial a sus órdenes ejecutivas no significa freno, sino el riesgo de la confrontación del ejecutivo con la legalidad, de preocupantes consecuencias. México está en medio de la línea de fuego y esto es suficiente para tomar las cosas en serio.

En este sentido, lo que debe considerarse no es tanto dónde estamos en la relación bilateral, sino dónde podremos estar en cualquier momento futuro. Los signos no son alentadores, aunque haya comunicación entre presidentes y que de parte de la mandataria mexicana hayan prevalecido la serenidad y la sensatez. Sería muy positivo que esa misma postura se presentara en todo el país, donde es todo lo contrario; la división prevalece y no sólo eso, se alienta desde el poder al mismo tiempo que inexplicablemente se convoca a la unidad.

Hablar de adaptación a la nueva realidad de ninguna manera significa transitar a la complacencia o al conformismo. Ahora más que nunca es necesario resistir y preservar los valores propios de la democracia como es la libertad, la legalidad y la coexistencia en la diversidad.

El país ingresa a un nuevo ciclo. Las reglas del juego han cambiado. Invocar una voluntad electoral manifiesta en el voto es un argumento estéril porque la opinión pública cambia, al igual que el sentido del sufragio. Lo relevante es tener claridad de lo que se defiende y persistir en el empeño de hacerlo valer. Una manera de resistir a la normalización de un régimen alejado de los principios y valores del sistema democrático es un proceso que empieza a presentarse en EU, no sabemos todavía con qué posibilidad de éxito, pero In God we trust.