Abriendo camino

Por: Liébano Sáenz

Lo que parece ser más realista y razonable es negociar para acreditar que la relación comercial con México beneficie a los consumidores y productores estadunidenses…

Es un error asumir que la tregua en la aplicación de los aranceles es el inicio de un nuevo momento en el que prevalecerá el entendimiento y el acuerdo. La manera de actuar del presidente Trump es que él administra la incertidumbre a partir de la amenaza. No le preocupa en lo absoluto, lo que determina el acuerdo comercial, los principios de buena vecindad o valores asociados a la decencia política. Valdría la pena intentar actuar a partir de esta realidad.

Como quiera que sea, es muy buena señal la pausa por un mes. Se trataría de actuar en dos vías: la primera, entender los términos de lo que el presidente Trump espera, mucho de ello en el ámbito de proyectarse una imagen como un líder global eficaz; por la otra, trabajar a partir de la evolución de la relación bilateral en todos los términos, particularmente el tema migratorio, la relación comercial y el tráfico de drogas con énfasis en el fentanilo.

En otras palabras, abrir camino en el nuevo entorno significa atender dos lógicas diferentes: las pretensiones del presidente Trump, que giran en torno a decisiones espectaculares -—como la visibilidad del despliegue de la Guardia Nacional en la frontera-— y, por la otra, los resultados a partir de sus expectativas, no todas razonables, en materia de los temas de su agenda fundamental. Por ejemplo, movilizar tropas en la frontera no atiende la raíz del problema, pues la mayor parte del tráfico de fentanilo lo realizan ciudadanos norteamericanos reclutados por los cárteles mexicanos, como lo revela el NYT de septiembre 28 de 2024: The American Drug Mule Smuggling Fentanyl Into the US.

El intento de reducir la dependencia de la economía mexicana de la estadunidense no parece ser posible, al menos en los próximos años, además del elevado costo económico y social que eso significaría. Lo que parece ser más realista y razonable es negociar para acreditar que la relación comercial con México beneficie a los consumidores y productores estadunidenses. Acierta la presidenta Sheinbaum al decir que se requiere cabeza fría; también será necesario visión, realismo y un cambio de mensaje que incluya a los que no militan en su movimiento.