Los felinos y la diplomacia parecen tener una relación estrecha en Reino Unido, y Palmerston es prueba de ello. El famoso gato, quien alguna vez ostentó el título de Jefe Cazador de Ratones del Ministerio de Exteriores británico, ha decidido regresar del retiro con un nuevo nombramiento en Bermudas, donde ahora se desempeña como “consultor de relaciones felinas”.
Un regreso inesperado al servicio público
Desde su cuenta oficial en redes sociales, Palmerston anunció con un toque de humor su nuevo puesto: “La diplomacia y un papel purrrr-fecto me han hecho salir de mi retiro”. Y es que, aunque en otros países un nombramiento así podría parecer una broma, en Reino Unido es una tradición bien establecida contar con gatos en funciones diplomáticas.
El regreso de Palmerston se debe a su vínculo con Andrew Murdoch, Director Jurídico de la Oficina de Desarrollo y Commonwealth Extranjero, quien fue nombrado gobernador de Bermudas. Palmerston, quien había sido adoptado por Murdoch tras su retiro en 2020, lo acompañó a su nuevo destino y, dada la situación diplomática en la isla, decidió retomar un papel activo. 
Los gatos y la diplomacia británica
El caso de Palmerston no es aislado. En Reino Unido, los felinos tienen un lugar especial en los pasillos del gobierno. Larry, el legendario “Ratonero en Jefe” de Downing Street, sigue siendo una figura emblemática y una presencia constante en la residencia oficial del primer ministro. Desde hace décadas, estos gatos no solo cumplen con tareas de control de plagas, sino que también se han convertido en auténticos símbolos de la diplomacia británica.
Palmerston, en particular, se destacó durante su tiempo en el Ministerio de Exteriores no solo por su efectividad en la caza de ratones, sino también por su carismática presencia en eventos oficiales y su gran popularidad en redes sociales. Ahora, con su llegada a Bermudas, mantiene informados a sus seguidores sobre su nueva vida en el archipiélago, compartiendo detalles de su entorno y su nuevo rol.
El papel de Palmerston en Bermudas
A pesar de estar “semi-retirado”, Palmerston asume con seriedad su posición como consultor de relaciones felinas en Bermudas. Desde su llegada, se ha dedicado a explorar su nuevo hogar, interactuar con la comunidad y, por supuesto, reforzar los lazos entre el Reino Unido y la isla. Aunque su trabajo oficial no está detallado en ningún documento gubernamental, su influencia en la diplomacia británica sigue intacta.
Con su carismático regreso a la vida diplomática, Palmerston reafirma su lugar como una de las figuras más queridas y peculiares de la política británica. Mientras continúa su labor en Bermudas, sus seguidores en redes sociales y amantes de los gatos en todo el mundo esperan con interés sus futuras actualizaciones desde su nuevo hogar.
