En sus primeros días en el cargo, Donald Trump implementó una serie de “decretazos” que transformaron la política migratoria de Estados Unidos, generando incertidumbre y preocupación en millones de inmigrantes, especialmente aquellos en situación irregular. Las medidas, centradas en reforzar la seguridad fronteriza y las deportaciones, han tenido un impacto inmediato tanto en Estados Unidos como en América Latina.
Nuevas medidas y aumento de deportaciones
Trump firmó varias órdenes ejecutivas para limitar las opciones legales de inmigración y fortalecer la presencia de autoridades migratorias. Entre las más destacadas está el congelamiento de fondos a organizaciones no gubernamentales (ONG) que apoyan a migrantes y la suspensión del programa de admisión de refugiados. Además, el presidente declaró una “emergencia nacional” en la frontera sur de EE.UU., lo que permitió el despliegue de tropas militares para contener el flujo migratorio.
La administración también otorgó a ICE la facultad de deportar rápidamente a inmigrantes en situación irregular. En las primeras semanas de su mandato, las operaciones de ICE se intensificaron, con 3,500 arrestos en la primera semana comparados con los 350 que se registraban semanalmente durante el último año de la administración de Biden. Solo en esa semana, 7,300 personas fueron deportadas, lo que apunta a un ritmo de deportaciones que podría superar las 350,000 anuales, aunque aún por debajo del pico alcanzado en 2012 bajo el gobierno de Obama.
Impacto en las políticas de inmigración
A pesar de las estrictas medidas, algunas vías legales para inmigrantes siguen abiertas, como las solicitudes de visa por reunificación familiar o programas de empleo. Sin embargo, la situación de los llamados “Dreamers”, inmigrantes que llegaron a EE.UU. siendo niños, sigue siendo incierta, aunque hasta el momento no se han tomado acciones directas contra el programa DACA (Deferred Action for Childhood Arrivals), que los protege de la deportación.
Por otro lado, las políticas de “ciudades santuario”, que limitan la cooperación de las autoridades locales con la inmigración federal, también se han visto amenazadas. Trump ha sugerido retirar fondos federales a las ciudades que no colaboren y ha planteado posibles acciones legales contra los funcionarios locales.
Controversia por las condiciones de detención
Las políticas de detención masiva también han generado controversia, especialmente por las condiciones en los centros de detención. ICE actualmente detiene a casi 40,000 personas diarias y busca expandir su capacidad. Trump ha autorizado la detención de inmigrantes en instalaciones militares dentro de EE.UU. y en la base naval de Guantánamo, lo que ha provocado críticas por las condiciones inhumanas denunciadas por los detenidos.
El futuro incierto de la migración
La política migratoria bajo Trump sigue siendo incierta, enfrentando litigios, resistencia de autoridades locales y un potencial desafío en el Congreso. Los decretos han alterado de manera significativa el panorama para millones de inmigrantes, especialmente aquellos en situación irregular, y su implementación continuará siendo objeto de debate legal y político.
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