La construcción de la Gigafactory de Tesla en Nuevo León parece tambalearse tras la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. Elon Musk ya había advertido en julio del año pasado que “no tiene sentido invertir en México” si Trump regresaba al poder, debido a su amenaza de imponer aranceles más altos a México, y ahora, con las reformas y amenazas de nuestro vecino del Norte, la situación podría complicarse.
La relación comercial entre México y Tesla está en una encrucijada. Si bien Ebrard podría buscar negociar, la postura de Musk parece estar basada en cálculos estrictamente financieros y en las amenazas concretas de aranceles por parte de Trump. México debe diversificar su estrategia para atraer inversiones, impulsando un entorno más competitivo y menos dependiente de un solo jugador.
A largo plazo, el reto será demostrar que invertir en México sigue siendo rentable, incluso frente a políticas hostiles desde Washington. ¿Será suficiente el esfuerzo de las autoridades mexicanas o la Gigafactory será otra oportunidad perdida? Solo el tiempo lo dirá.
La postura de Musk responde al impacto económico que generarían los aranceles propuestos por Trump, lo que podría llevar a Tesla a priorizar la expansión de sus fábricas actuales en lugar de construir nuevas instalaciones en México. Aunque no hay una confirmación oficial, la posibilidad de cancelar la fábrica en Nuevo León parece cada vez más real.
¿Qué futuro le espera a Tesla en México?
La respuesta podría llegar en los próximos meses, dependiendo de las decisiones estratégicas de la compañía y el desarrollo de las relaciones comerciales entre ambos países.