400 años de servir a los pobres;
Vicente de Paúl revolucionó la asistencia social y las misiones
Por: Luis Vega
En la iglesia se decía que San Vicente de Paúl había hecho famosos a los miembros de la Congregación de la Misión (CM), tal como San Ignacio de Loyola había dado fama a los jesuitas. El filósofo François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, decía que los Lazaristas (como se conocía a los miembros de la CM en esa época), eran “una especie de jesuitas que se levantaban a las 4 de la mañana…”
El fundador de los misioneros Vicentinos y de las Hijas de la Caridad, monsieur Vicent, es uno de los grandes santos porque emprendió un obra de asistencia social nunca vista antes de la Revolución Francesa, educó y reformó el clero, envió misioneros a China, África y Oceanía. Un revolucionario para su época.
Esta semana, la Congregación de la Misión celebra 400 años de existir y su vocación de “Evangelizar a los pobres” está más vigente que nunca con sus 3,106 misioneros miembros, en 507 Comunidades Locales en 95
Países; mientras que las hijas de la caridad son 19,937 hermanas viviendo y trabajando en 2,322 comunidades en 91 países de los cinco continentes.
El 4 de noviembre de 1844, desembarcaron en Veracruz 11 Hijas de la Caridad y los sacerdotes Buenaventura Armengol y Ramón Sanz, Misioneros Vicentinos. El objetivo inicial era que las hermanas de la Caridad atendieran centros de beneficencia y la enseñanza escolar de niñas pobres y huérfanas.
Actualmente en Mexico hay 78 misioneros Vicentinos, sacerdotes y hermanos, que se dedican a
evangelizar en zonas urbanas, rurales e indígenas, a la formación del clero mexicano y a la atención pastoral en parroquias y misiones populares.
Todas las obras de la Congregación son dignas de respeto y admiración dentro del carisma, pero en México hay una que destaca por la labor cotidiana que realiza el hermano Marcelo Cárdenas Arias en el centro de la CDMX.
El comedor de San de San Vicente surgió en 1894 como iniciativa de los misioneros, hijas de la caridad y las familias Vicentinas para atender a las viudas pobres, a los indigentes y a todas aquellos personas ( niños, jóvenes y adultos) en pobreza extrema. Esta obra llegó a tener 9 comedores el siglo pasado.
Actualmente, el hermano Marcelo Cárdenas y el grupo de voluntarios laicos atienden a 250 familias en situación de calle, pobreza extrema y migrantes centroamericanos. Como parte de sus nuevos servicios buscan crear un centro de rehabilitación psicológica y física y busca dar herramientas para que pasen de la asistencia social a promoción humana y emprendedurismo.
Los misioneros Vicentinos, las hijas de Caridad y la familia Vicentina siguen más activos que nunca en estos primeros 400 años de trabajar por los más pobres en el mundo: migrantes, indigentes, enfermos, comunidades indígenas, grupos parroquiales y formando nuevos miembros de la Iglesia.
Enhorabuena y felicidades a mis amigos y hermanos.