¿AMIGOS O CÓMPLICES?

Tal como muchos previmos, lejos del deseo y el romanticismo, Nicolás Maduro Moros continuó al frente del desgobierno en Venezuela, ahora si oficialmente como un dictador que se se negó a mostrar la prueba de los votos obtenidos por su campaña el 28 de Julio de 2024.

Lejos de repetir lo que hasta la saciedad se ha dicho el último cuarto de siglo sobre el suigeneris caso venezolano, hemos visto como algunos insisten en defender lo indefendible, han pasado de adeptos amigos a cómplices, otros entendiendo la política, han guardado distancia y no sacrificaron ni el capital político ni la sensatez con su gente.

Es sentido común: a los amigos se les agradece por el apoyo, se les aconseja, se les acompaña hasta donde es posible, pero también se les distancia cuando la relación pasa la línea invisible de la complicidad, asumiendo que no se puede estar con el bien y el mal, al mismo tiempo.

Un amigo es alguien en quien puedes confiar y que también confía en ti, pero no te inmolas por él, menos cuando eres presidente de un país en el que la gente te pide a gritos que ayudes a otro pueblo y no a un régimen.

Si bien la lealtad de un amigo no te abandona en momentos difíciles, esa persona sabrá entender cuando no debes estar a su lado en medio de la desfachatez, el despropósito, el abuso o la tiranía.

Los cómplices comparten intereses, secretos, conspiracion y beneficios, no de otra manera se puede reconocer a los que con delegados durante el espurio juramento de Maduro estuvieron a su lado.

En resumen, en política tus únicos amigos serán muy pocos y tú mismo, los demás cómplices, esos que colaboran en una acción específica, a los que el tiempo y los ciudadanos les recordarán por haber estado del lado equivocado de la historia.

Por FREDDY SERRANO DÍAZ
Estratega Político