El Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) supone que hay una alianza comercial y una comunión de intereses que acordaron y promueven los gobiernos de los tres países para beneficio de sus naciones. En su momento se negociaron las particularidades y se tomaron y firmaron las decisiones que se comunicaron al mundo entero y son las que operan desde hace años. En este sentido, es conveniente recordar que bajo el acuerdo comercial firmado durante la primera administración de Donald Trump (DT) las importaciones estadounidenses de sus dos países vecinos están exentas de aranceles; y si bien DT aún no ha detallado cómo implementaría los aumentos propuestos de aranceles sin violar el acuerdo comercial, lo que sí ha sucedido es que desde hace un mes que ganó la elecciónestamos enfrentandosus posicionamientos sobre la intención de poner impuestos condicionando tanto a Canadá como a México en otros temas que nada tiene que ver en estricto sentido con el tema comercial sino que más bien son de seguridad, migración o de salud pública con lo del fentanilo. Es en ese marco en el que hemos observado del gobierno nacional canadiense que encabeza el primer ministroJustin Trudeau y de gobiernos locales importantes de ese país como lo son los de Ontario (Doug Ford) y de la provincia de Alberta(Danielle Smith) una actitud que muchos podrían catalogar de deslealy poco inteligente queriendo negociar por separado con DT y atacando o permitiendo los ataques a Méxicocreyendo que podrán sacar un mejor resultado para su causa de manera aislada.
En Canadá ya andan en campañas políticas, aunque las elecciones son hasta octubre del año entrante. El nacionalismo y el populismo que estamos presenciando en las posturas de los políticos canadienses en la coyuntura de la revisión ya en proceso del T-MEC se explica en la parte electoral pero choca frontalmente con los principios y la esencia de lo que siempre han sostenido en materia económica.Se les olvida a estos dirigentes políticos quela revisión del T-MEC tendrá consecuencias humanas incalculables, para bien o para mal.Por ello resulta conveniente voltear a ver a George Soros(GS)uno de los más destacados representantes ideológicos del Sistema Capitalistade finales del siglo pasado y quienpublicó un libro que tituló bajo el nombre de “La Crisis del Capitalismo Global. La sociedad abierta en peligro”hace prácticamente 26 años (enero de 1999),-mismo que fue un “boom” en su momento por su análisis frío, claro y preciso de lo que estaba pasando en la coyuntura de una crisis económica mundial- paraponer los puntos sobre las íes en lo que sucede y puede suceder con Canadá en esta etapa tan importante y definitoria del presente y futuro de los mexicanos y de los habitantes de la región más próspera del planeta que es Norteamérica, con la sociedad canadiense y la americana en su conjunto.En torno a las posturas de los políticos canadienses en campaña en estos momentos y en particular de Justin Trudeau hay que considerar con GS que “la gente parece votar en gran medida con el bolsillo y presiona para que se aprueben disposiciones legales que beneficien sus intereses personales. Y lo que es peor, los representantes elegidos también anteponen con frecuencia sus intereses personales al interés común. En vez de defender ciertos valores intrínsecos, los dirigentes políticos desean ser elegidos a toda costa ….. la promoción del interés personal a la categoría de principio moral ha corrompido la política y el fracaso de la política se ha convertido en el argumento más poderoso en favor de conceder a los mercados más carta blanca si cabe”.Sería oportuno que Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, recordara que “en la toma de decisiones colectivas debemos anteponer el interés común a nuestro interés personal concreto aun cuando otros no lo hagan”.
George Soros (GS) se graduóde la London SchoolofEconomics de Londres, con estudios y reconocimientos de las universidades más prestigiadas del mundo Occidental como lo son las de Oxford y Yale,y también hay que recordar que su voz se convirtió en un referente imprescindible para dimensionar las distorsiones que, en ese momento, estaba teniendo el sistema económico capitalista; GS tuvo una gran influencia del filósofo de la ciencia Karl Popper cuya obra “La sociedad abierta y sus enemigos” tomó como eje para afirmar que “nadie tiene acceso a la verdad definitiva. Nuestra comprensión del mundo en que vivimos es imperfecta, y una sociedad perfecta es inalcanzable. Debemos conformarnos con una sociedad imperfecta que sea, sin embargo, susceptible de infinita mejora”.También afirmó que “tenemos una economía global sin tener una sociedad global. La situación es insostenible. Para estabilizar y regular una economía verdaderamente global, es necesario algún sistema global de toma de decisiones políticas…necesitamos una sociedad global que respalde nuestra economía global …. La soberanía de los estados debe subordinarse al derecho internacional y a las instituciones internacionales. Es interesante constatar que la mayor oposición a esta idea proviene de Estados Unidos, que, como única gran potencia que queda no está dispuesto a subordinarse a autoridad internacional alguna.La alternativa es queEstados Unidos forje una alianza con países aliados para mantener la paz, la libertad, la prosperidad y la estabilidad”.Coincidimos con George Soros en que “lo que necesitamos es poner en marcha un proceso cooperativo e iterativo que defina el ideal de la sociedad abierta; un proceso en el que admitamos abiertamente las imperfecciones del sistema capitalista global e intentemos aprender de nuestros errores”. Ahí esta la oportunidad en la revisión del T-MEC.
Salomón Rosas