El colapso de Caliente TV expone la falta de regulación en las plataformas digitales
El futbol, deporte más popular en México, enfrenta un cambio drástico en la forma en que los aficionados acceden a las transmisiones de los partidos. Durante la Liguilla del Torneo Apertura 2024, la plataforma digital Caliente TV quedó en el centro de la polémica al presentar fallas técnicas que impidieron a miles de seguidores disfrutar de los encuentros, destacando la vulnerabilidad de las audiencias ante un marco regulatorio insuficiente para los servicios de streaming.
Transmisiones fallidas y reclamos generalizados
El colapso técnico de Caliente TV ocurrió en momentos clave de la Liguilla, especialmente durante los encuentros de los Xolos de Tijuana frente al América y Cruz Azul. Usuarios reportaron interrupciones, retrasos y dificultades para acceder a la señal, lo que generó una ola de quejas en redes sociales. Las críticas apuntaron tanto a la calidad del servicio como a la decisión de transmitir partidos exclusivos en una plataforma con evidentes limitaciones tecnológicas.
Ante el descontento, la empresa optó por abrir la transmisión en otras plataformas como YouTube, pero el daño ya estaba hecho. Este episodio subraya los retos tecnológicos y legales que enfrentan las plataformas de streaming, especialmente cuando manejan contenido de alto interés público como el futbol.
La indefensión de los consumidores
La falta de regulación específica para contenidos digitales deja a los aficionados sin herramientas claras para exigir un servicio adecuado. Según Lenin Martell, defensor de las audiencias del Sistema Público de Radiodifusión, la desaparición del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) agrava el problema, ya que no existe un organismo con atribuciones suficientes para supervisar estas plataformas.
Martell señala que las empresas están obligadas a ofrecer servicios completos, independientemente de si son gratuitos o no. Sin embargo, la inexistencia de un marco legal adaptado a los avances tecnológicos dificulta la defensa de los derechos de las audiencias.
Por su parte, Óscar Díaz Martínez, del IFT, reconoce que la regulación actual no abarca las transmisiones vía streaming y enfatiza la necesidad de dotar al próximo organismo regulador con facultades para abordar estos temas.
El impacto de la privatización de contenidos
La migración de transmisiones de futbol de la televisión abierta a plataformas digitales ha incrementado los costos para los consumidores. Según un informe de Mediotiempo, los aficionados deben contratar múltiples servicios para acceder a todos los encuentros, desembolsando hasta 1,445 pesos mensuales.
Ernesto Villanueva, investigador de la UNAM, plantea que esta tendencia representa una privatización del acceso al deporte más popular del país. Considera que el Estado debe intervenir para garantizar que el futbol sea considerado un bien de interés público, lo que permitiría un acceso más equitativo a las transmisiones.
El camino hacia la regulación
Mientras se discuten posibles soluciones legislativas, expertos sugieren que los consumidores pueden recurrir a la vía judicial para exigir un mejor servicio. Villanueva propone el uso de amparos basados en el interés legítimo como una estrategia para presionar por cambios en la regulación y posicionar el tema en la agenda pública.
Por otro lado, las empresas y los clubes podrían argumentar que la venta de derechos de transmisión es una parte crucial de su modelo de negocio, lo que anticipa una posible confrontación legal en el futuro.
Transmisiones tradicionales, un respiro temporal
Con los Xolos de Tijuana eliminados de la Liguilla, las transmisiones de las semifinales del torneo volvieron a canales tradicionales gracias a acuerdos entre TV Azteca, ESPN y Televisa. Este cambio temporal resalta la diferencia en la calidad y alcance de las transmisiones tradicionales frente a las digitales, dejando en evidencia la necesidad de soluciones estructurales para garantizar los derechos de las audiencias en el ecosistema digital.