Corea del Sur declara Ley marcial, ¿qué es y por qué puede ser tan peligrosa?
En las últimas horas ha circulado por el Internet la noticia de que Corea del Sur ha declaró Ley marcial en su territorio. El impacto de la noticia se ha disparado principalmente por la gravedad del asunto. Y no debería ser para menos, pues la Ley marcial es un recurso que toma el Estado con el cual puede tomarse la licencia de ejercer su fuerza militar sobre los ciudadanos. Esta ley representa un estado de suspensión, ¿suspensión de qué? de los derechos humanos de quienes habitan el país donde se declara la Ley marcial.
Se dice que se suspenden los derechos humanos por diversos motivos: 1) Se acortan los procesos de juicio, por lo que es más fácil privar a los individuos de su libertad. 2) Hay casstigos más severos que los que existen en condiciones de ley normales. 3) Se puede imponer la pena capital a acciones que normalmente no la ameritarían.
¿En qué condiciones se aplica una Ley marcial?
Esta clase de régimen excepcional se implementa cuando las autoridades civiles no pueden mantener el orden público o enfrentar situaciones críticas, como guerras, desastres naturales graves, insurrecciones o crisis políticas extremas. En este contexto, las fuerzas armadas asumen el control total o parcial de las funciones gubernamentales y de seguridad. Se trata de una peligrosa militarización del estado, acompañada de una serie de disminución de derechos de la población.
La implementación de la ley marcial ocurre en situaciones excepcionales donde el gobierno considera que el orden público, la estabilidad del país o la seguridad nacional están en peligro y las instituciones civiles no tienen la capacidad de manejar la crisis.
La teoría del Leviatán y la Ley marcial?
La implementación de la ley marcial puede interpretarse como una manifestación extrema del Leviatán hobbesiano, ese poder soberano que, en tiempos de crisis, concentra toda la autoridad para garantizar el orden y la seguridad en un estado de naturaleza amenazado por el caos. Hobbes argumenta que los seres humanos, al ser incapaces de convivir en paz sin un poder central fuerte, delegan su libertad al soberano para evitar la “guerra de todos contra todos”. En un contexto de ley marcial, esta transferencia de poder se intensifica, pues las libertades individuales se suspenden y el control absoluto se entrega a la autoridad militar, que encarna el Leviatán en su forma más rígida. Aunque esta medida busca restaurar la estabilidad, también plantea el riesgo de que el Leviatán, en su afán de preservar el orden, se transforme en un agente de opresión.
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