Por: Pedro Isnardo de la Cruz y Juan Carlos Reyes
México no es una isla en el mundo, mucho menos la maravillosa isla de Cuba.
Es posible que se logren vislumbrar en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio fiscal 2025 algunos importantes problemas de diseño.
Parece diseñado, planificado, detallado para un nuevo ejercicio fiscal inercial anual.
Dos acontecimientos pueden orillar a repensarlo.
De carácter interno, es necesario preparar al país para una crisis de la economía y de los ingresos públicos provocadas por bajas expectativas de crecimiento económico nacional, inversión privada transnacional e implicaciones con sustento en incertidumbres asociadas a conflictos bélicos y una mayor inestabilidad financiera internacional.
De carácter externo, el regreso de Donald Trump a la Presidencia.
Nada más y nada menos por lo que ya significa para el futuro inmediato de México.
La ausencia de estas dos valoraciones coyunturales, de carácter geoeconómico y geopolítico, deja al próximo presupuesto federal como un buen deseo que soslaya la cruda realidad.
La forma en que arrolló Donald Trump al Partido Demócrata, dominando ambas cámaras del Congreso estadounidense, le dispondrá de invaluables resortes de poder para cristalizar su proyecto hegemónico global.
El segundo periodo presidencial de Donald Trump se anuncia delicado para México.
Por lo que pudimos observar en el proyecto de Presupuesto de Egresos para el próximo año, los economistas de Hacienda deben acreditar que están enterados.
El proyecto no está orientado a generar riqueza, sino a repartir los recursos disponibles de los que se dispone y continuar una ruta de peligroso endeudamiento.
Es un hecho que a partir del 20 de enero de 2025 el republicano Trump dará comienzo a las deportaciones masivas de migrantes indocumentados, quienes aparecen ya en diversas ciudades de la Unión Americana.
Algunos analistas concluyen que son alrededor de 4 millones de personas.
No podemos dudar de las intenciones de los funcionarios públicos federales que serán oficialmente nombrados por Trump para diseñar políticas públicas en materia migratoria y menos, de quien las va a ejecutar.
Tenemos que estar preparados para recibir flujos superiores al millón y medio de personas.
La ley migratoria mexicana establece en un compromiso con los derechos humanos que el Estado mexicano debe alimentar a los migrantes, dotarlos de servicios de salud e incluso apoyarlos con servicios educativos y recreativos.
El presupuesto 2025 contempla un fuerte recorte a la Secretaría de Gobernación de casi el 10%.
Ante un escenario real de deportaciones masivas, el presupuesto para Gobernación y para el INM debe aumentar al menos un 25%, dados los desafíos en gobernanza y pacificación en los que estará involucrada la política interior del país.
Lo mismo sucede con la Defensa Nacional a cuya Secretaría se pretende recortar el 43.8 % respecto al presupuesto ejercido en este 2024.
La experiencia con la Presidencia del Lic. López Obrador es que en materia de desastre y emergencia social nacional, se dotó al Ejército y a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana de la encomiendas de dar las respuestas integrales interinstitucionales e intergubernamentales.
A su vez, recortar el presupuesto a la Secretaría de la Defensa cuando el personal militar es quien se ocupa realmente de la seguridad interior, en un escenario de combate frontal al narcotráfico por el gobierno americano, es una idea equivocada y consecuencias importantes para la gobernabilidad.
La Secretaría de Marina Armada de México sufre en el proyecto de presupuesto un recorte del 12.1 %.
Las fuerzas de élite de la Marina son extraordinarias, ahora más que nunca se necesita apoyarlas con mayores recursos para que realicen con eficiencia sus tareas de apoyo a la Seguridad pública y en inteligencia, para detectar los nuevos desafíos por los flujos migratorios en puerta y las cadenas de sofisticación transfronteriza de drogas.
A su vez, a fines del 2023 quedó aprobado y detallado el proceso de evaluación que suscribe el Artículo 5o. Transitorio sobre la Fuerza Armada Permanente, por lo que la corresponsabilidad del Poder Ejecutivo Federal y ambas cámaras federales es vinculante.
Destaca que el Presupuesto de Egresos plantea un error más: aumentar a 85 mil millones de pesos el presupuesto del poder judicial cuando sabemos que se trata de un presupuesto abultado e ineficaz.
Es enigmático que se proponga disminuir en 34% el presupuesto de salud: a la Secretaría de Salud le pretenden recortar 56 mil millones de pesos.
Todos sabemos los complejos problemas de salud de nuestra población aunado a los apoyos que habrán de brindarse a las y los hermanos migrantes que vendrán por cientos de miles.
Si es público y notorio que el Tratado de Libre Comercio -el T-MEC- será revisado en el 2026 ¿por qué razón la Secretaría de Hacienda pretende recortar el 12% del presupuesto a la Secretaría de Economía como instancia responsable de la negociación?.
En los últimos días diversos líderes canadienses han expresado su deseo de romper con el Tratado, dejando a México fuera.
Se trata de pronunciamientos políticos que están adelantándose a su propio proceso electoral federal y que tienen la expectativa realista de que ganarán los conservadores canadienses.
Pero para México el cambio radical de estatus respecto al TMEC sería una situación sería y gravísima para las finanzas públicas, en tanto más del 30 por ciento del total del IVA recaudado por actividades relativas al comercio exterior.
La caída en los ingresos tributarios sería brutal, poniendo en riesgo en lo sustancial una buena parte de los recursos de la nación para sostener los programas sociales federales.
Resulta insólito observar que el presupuesto 2025 contempla 39 mil millones de pesos para el programa Sembrando Vidas.
No se conocen indicadores de eficiencia sólidos ni resultados concretos de este programa que ha ejercido más de 150 mil millones de pesos desde su creación.
En el presupuesto se le recortan a la UNAM, y a las Universidades del Bienestar le asignan 3000 millones de pesos, cuando no se conocen estudios evaluatorios serios de la calidad de los servicios educativos prestados.
Por eso debemos cultivar parámetros de gobernanza.
Es encomiable que Hacienda haya reconocido su equivocación en la asignación preliminar de presupuesto para algunas de las principales universidades públicas del país.
Los programas de bienestar se diseñaron en un entorno económico favorable derivado de los fondos y ahorros dejados en las arcas públicas por las administraciones anteriores.
Hoy tenemos un endeudamiento público externo superior al 15% del PIB.
La deuda interna y los compromisos financieros del sector público rebasan ya el 84.8 % del PIB, mientras nuestra deuda como porcentaje del Producto Interno Público alcanza el 52%.
El proyecto de presupuesto no incentiva el desarrollo del capital humano ni la innovación, es inercial, el mundo ya cambió ¿estamos auto determinados a una ruta de estancamiento?.
El Estado mexicano debe realizar sus funciones básicas, hacerlo bien, los recursos son escasos, no se puede seguir gastando en promociones sociales sin generar valor nacional, ni esperar soluciones mágicas ante los inminentes desafíos geopolíticos que se avecinan.
Este diseño presupuestal debe ser enmendado integralmente por Hacienda y/o la H. Cámara de Diputados del país; de lo contrario, estarán poniendo en graves aprietos el primer año de mandato real de la Presidencia de la Dra. Claudia Sheinbaum y de nuestro país.