¿Cómo evolucionó el tag de pilas a uno sin baterías?

 

¿Sabías que el tag vehicular anteriormente funcionaba con pilas? El avance tecnológico ha permitido que estos dispositivos, utilizados para el pago en autopistas y peajes, dejen de usar baterías internas.

Cuando los tags electrónicos comenzaron a popularizarse, dependían de pilas para emitir señales de identificación. A pesar de su eficacia inicial, fueron presentando algunos inconvenientes, como la necesidad de reemplazar las baterías y el riesgo de que el dispositivo dejará de funcionar inesperadamente.

Con el paso del tiempo, la tecnología de los tags avanzó hacia la implementación de sistemas RFID pasivos (Radio Frequency Identification), que no requieren una fuente de alimentación interna, puesto que la energía necesaria para la comunicación se genera mediante la señal emitida por los lectores en las estaciones de peaje.

Una de las empresas que implementó este tipo de tecnología en los dispositivos de radiofrecuencia, fue la mexicana Accesos Holográficos, además de antenas, escáneres y sensores para peaje carretero y segundos pisos.

La evolución hacia un tag sin pilas trajo consigo varios beneficios:

Durabilidad: Al no depender de una batería, los tags pasivos tienen una vida útil mucho más larga.
Sostenibilidad: Al eliminar las pilas, se reduce la necesidad de reciclaje o desecho de baterías, contribuyendo al cuidado del medio ambiente.
Menor mantenimiento: Los usuarios no deben preocuparse por cambiar o recargar baterías, lo que facilita su uso.
Fiabilidad: La tecnología sin pilas reduce el riesgo de fallos inesperados, mejorando la experiencia del usuario.

El uso de tags sin pilas sigue en perfeccionamiento. Con el desarrollo de nuevas tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), estos sistemas podrían integrarse aún más en soluciones de movilidad inteligente, permitiendo no solo el pago de peajes, sino también el monitoreo del tráfico, la gestión del consumo de combustible, y mucho más.