El temor a perder masculinidad influye en la preferencia de los hombres por autos de gasolina, revela estudio

Un reciente estudio ha revelado una razón inesperada por la cual muchos hombres siguen optando por autos de gasolina en lugar de vehículos eléctricos (EVs): el miedo a parecer menos masculinos. Este hallazgo surge de una investigación realizada por Mike C. Parent, un psicólogo de la Universidad de Texas en Austin, que exploró cómo la percepción de masculinidad influye en las decisiones de compra de automóviles entre los hombres.

La relación entre autos y masculinidad

Durante décadas, la industria automotriz ha vinculado la conducción de autos de gasolina con cualidades tradicionalmente asociadas a la masculinidad: fuerza, poder y rudeza. Esta asociación ha sido reforzada por estrategias de marketing que promueven los motores de combustión interna como símbolos de virilidad. Sin embargo, con la creciente oferta de vehículos eléctricos en el mercado, la transición hacia una movilidad más ecológica parece estar encontrando resistencia, al menos entre algunos hombres que temen que un EV pueda comprometer su imagen masculina.

Parent encuestó a 400 hombres estadounidenses, de entre 18 y 85 años, sobre sus actitudes hacia los autos eléctricos y su percepción de masculinidad. Los resultados fueron reveladores: alrededor del 40% de los participantes admitieron que prefieren evitar la compra de autos eléctricos porque creen que conducir uno podría afectar negativamente su imagen de masculinidad. Este hallazgo arroja luz sobre cómo la identidad de género sigue siendo un factor crucial en las decisiones de compra.

La “contingencia de la masculinidad” y su impacto en las compras

El concepto de “contingencia de la masculinidad”, utilizado en el estudio, hace referencia a cómo los hombres valoran su sentido de masculinidad en función de las percepciones de los demás. Es decir, los hombres que se preocupan por cómo otros los ven pueden estar más inclinados a tomar decisiones de consumo que refuercen su imagen de masculinidad. En este caso, optar por un coche eléctrico, que es percibido como más suave y silencioso, podría ser visto como una amenaza a esa imagen, en comparación con la potencia y el ruido de un motor de gasolina.

Mike C. Parent explicó en su investigación que las compras de bienes de consumo, como los automóviles, están intrínsecamente ligadas a la identidad personal y a cómo los consumidores desean proyectarse ante los demás. En el caso de los hombres, la elección de un vehículo puede ser influenciada por su deseo de parecer más masculinos, una presión social que sigue presente incluso en el contexto de la transición hacia tecnologías más limpias.

Autos eléctricos: innovación versus percepción

El estudio también subrayó una interesante contradicción. A pesar de que los autos eléctricos ofrecen características que podrían atraer a los entusiastas de los autos, como la rápida aceleración y la innovación tecnológica, estos beneficios no han sido suficientes para superar la percepción de que un EV es menos masculino. Los fabricantes de vehículos eléctricos han intentado contrarrestar esta percepción mediante el uso de sonidos artificiales que imitan el rugido de los motores tradicionales, pero el cambio parece no ser suficiente para algunos consumidores varones.

El mercado de autos eléctricos, que actualmente representa solo el 6% de las ventas totales en Estados Unidos, aún enfrenta el desafío de atraer a aquellos que buscan un auto que refuerce su identidad masculina. Un claro ejemplo de este intento por apelar a esos valores es el Tesla Cybertruck, un vehículo promocionado como resistente, poderoso y todoterreno, cualidades que buscan resonar con quienes desean proyectar una imagen de fuerza y masculinidad a través de su coche.

La batalla entre tradición y modernidad

Si bien los autos eléctricos están ganando terreno en muchos mercados y entre ciertos segmentos de la población, los resultados del estudio de Parent sugieren que la transición hacia una movilidad más sostenible no solo depende de factores económicos o tecnológicos. Las barreras psicológicas y culturales, como la asociación entre los autos de gasolina y la masculinidad, continúan desempeñando un papel importante en la preferencia de muchos hombres por los motores de combustión interna.

Aunque la industria automotriz ha comenzado a replantearse cómo presentar los autos eléctricos para atraer a un público más amplio, será necesario abordar de manera más directa las percepciones de género que rodean a los vehículos eléctricos. Solo así se podrá desmantelar la creencia de que un EV es sinónimo de pérdida de masculinidad y lograr que más hombres se sientan cómodos adoptando estas tecnologías.