Una Esperanza Convertida en Controversia
Ayke, un pastor alemán que prometía revitalizar el programa K-9 del Departamento de Policía de Santa Fe cuando era cachorro, ahora enfrenta una investigación interna por mala conducta. A sus cuatro años, Ayke ha mordido a más personas que cualquier otro perro de la unidad K-9 del departamento y está siendo investigado por un ataque en marzo a uno de los propios agentes del departamento.
Histórico de Incidentes
El incidente más reciente no es aislado. La ciudad está actualmente defendiendo una demanda presentada por un agente que requirió cirugía plástica después de ser atacado por Ayke durante un ejercicio de entrenamiento en 2022. El jefe de policía, Paul Joye, declinó una solicitud de entrevista sobre el asunto, y la investigación sobre el ataque de marzo sigue en curso.
Función de las Unidades K-9
Las unidades K-9 son valoradas por la policía de Santa Fe y otras fuerzas del orden por su capacidad para detectar drogas ilícitas, materiales explosivos y detener a sospechosos. Este año, varios estados han considerado propuestas legislativas para imponer penas más severas por dañar o matar a perros policía, argumentando que la policía invierte miles de dólares en su entrenamiento y que estos animales son como familia para sus adiestradores.
Problemas y Preocupaciones
Sin embargo, los incidentes de mordeduras por parte de perros policía no son exclusivos de Santa Fe. En los últimos años, se han reportado lesiones en Ohio, Utah y otros lugares. El Proyecto Marshall señaló en 2020 la falta de una base de datos nacional para el seguimiento del uso de los K-9 y reveló que casi todos los estados habían documentado mordeduras por parte de perros policía. Las demandas por estas mordeduras son difíciles de ganar debido a la protección de responsabilidad civil que tienen los agentes policiales y las limitaciones de las leyes federales de derechos civiles.
La Defensa del Departamento de Policía de Santa Fe
Pese a las preocupaciones, Ayke sigue en servicio. El subjefe de policía, Ben Valdez, afirmó en un correo electrónico que el departamento confía en que el perro no representa un peligro para el público. En defensa de las unidades K-9, Valdez dijo: “Los perros de la unidad K-9 de la policía son un activo valioso para nuestra comunidad. Cuando se utilizan adecuadamente no hay inconvenientes”.
El Departamento de Policía de Santa Fe invierte considerablemente en sus perros policía, comprando cada uno por unos 4,400 dólares y pagando 2,200 dólares adicionales por su curso de certificación inicial. Además, el departamento gasta alrededor de 4,800 dólares anuales en comida y 2,000 dólares en atención veterinaria por perro. Los K-9 deben completar al menos 320 horas de entrenamiento al año y los adiestradores deben someterse a pruebas de bienestar físico y psicológico. Los perros están certificados por la Asociación Canina de la Policía Nacional.
Políticas y Revisiones
Las políticas internas del Departamento de Policía de Santa Fe exigen que todas las mordeduras infligidas por perros policía sean documentadas y revisadas para asegurar que se siguieron los procedimientos adecuados y determinar si se requiere alguna acción correctiva contra el adiestrador.