Un autobús, que transitaba desde Botsuana hacia Moria, en el norte de Sudáfrica, se desbarrancó desde un puente, dejando un solo sobreviviente entre los escombros, un niño de apenas ocho años.
El fatídico incidente tuvo lugar en un imponente puente suspendido entre dos colinas cerca de Mmamatlakala, en la provincia de Limpopo, a más de 300 kilómetros de Johannesburgo. Según los informes preliminares, el conductor del autobús habría perdido el control del vehículo, impactando contra las barreras de seguridad del puente antes de precipitarse hacia el vacío, desencadenando un incendio que devoró el autobús y segó las vidas de decenas de pasajeros.
Entre las sombras y el dolor, se rescata el milagro de un niño que, contra todo pronóstico, logró sobrevivir a la tragedia y ahora lucha por su vida en un hospital cercano.
El autobús, con matrícula de Botsuana, aún envuelve incertidumbre respecto a la nacionalidad de las víctimas, un detalle que suma una capa más de desasosiego a esta lamentable historia. Sudáfrica, con una red de carreteras considerada una de las más avanzadas de África, enfrenta una realidad sombría en cuanto a la seguridad vial.
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