El Gobierno de México mantiene una visión optimista para el corto plazo, con expectativas de crecimiento de hasta un 3.5% para el 2024. Sin embargo, anticipa una moderación en este ritmo para el año 2025, con proyecciones de crecimiento ajustándose a un promedio de 2.5%.
Según los “Precriterios Generales de Política Económica 2025” presentados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al Congreso, se proyecta que durante el último año de gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador, la economía se expandirá entre un 2.5 y 3.5 por ciento. Este rango de crecimiento se ajusta luego a entre 2 y 3 por ciento para el 2025, alineándose con las proyecciones gubernamentales establecidas desde el año pasado.
Estas estimaciones resaltan un crecimiento sostenido, aunque más conservador, reflejando la solidificación de una demanda interna robusta y la evolución de los patrones de consumo. La SHCP destaca la importancia de la inversión, tanto pública como privada, enfocada principalmente en el desarrollo de infraestructura no residencial. Este enfoque no solo impulsará la demanda interna sino que también ampliará significativamente la participación de México en las cadenas de valor globales.
Desde la perspectiva de la inflación, el Gobierno mexicano proyecta una tasa anual que se situará en el 3.8% para el cierre del año en curso y se moderará al 3.3% para 2025. Estas cifras posicionan la inflación dentro del rango objetivo del Banco de México de entre 3 y 4 por ciento, indicando un manejo efectivo de la política monetaria.
En lo que respecta a la tasa de interés, se anticipa un cierre para 2024 en 9.5%, con una reducción proyectada a 7% para el siguiente año. Esta tendencia hacia la baja en la tasa de interés refleja un entorno económico global cambiante y la adaptación de las políticas internas para fomentar el crecimiento.
El tipo de cambio es otro componente clave en las proyecciones económicas, esperándose que el peso mexicano se sitúe en 17.8 por dólar al finalizar el 2024 y experimente una devaluación moderada hacia los 18 pesos por dólar en 2025. Esta fluctuación es una respuesta natural a las dinámicas del mercado global y las políticas internas.
Además, se proyecta que los ingresos presupuestarios de México alcancen el 14.6% del PIB nacional, superando ligeramente las expectativas y beneficiándose de un entorno de precios petroleros elevados. No obstante, se prevé una reducción en la recaudación para 2025, reflejando las expectativas de una desaceleración económica.
La deuda pública, por su parte, se espera que se estabilice en el 50.2% del PIB nacional hacia 2024 y se mantenga constante para el año siguiente. Esta estabilidad es un indicador positivo de la gestión fiscal y la sostenibilidad de la deuda a largo plazo.