Según asegura la Asociación para el Avance de la Hipnosis Experimental y Aplicada (AAHEA), la hipnosis como algo sobrenatural no existe. Ese tipo de espectáculo en el que hacen que alguien pierda el control de sí mismo por el poder de las palabras de un hipnotizador y que después no se acuerde de nada es pura ficción, está muy lejos del método aplicado por la psicología y la medicina.
AAHEA es una agrupación que alerta de los perjuicios que tiene la farsa exhibida en televisión, teatros o pubs. La última alarma la ha disparado el programa 1,2,3, Hipnotízame de Antena3, que ha hecho que profesionales de esta disciplina remitan una carta de protesta a esta cadena.
Antonio Capafons, presidente del colectivo y catedrático del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos de la Facultad de Psicología de Valencia, aporta algunas claves para poder entender qué es esta técnica y para qué se utiliza. “La hipnosis funciona de forma similar al placebo, pero la sociedad la asocia con creencias muy fascinantes como el poder para controlar la mente, y todo eso es falso” afirma el “se trata de una especialidad con un recorrido histórico que ha otorgado a las psicoterapias modernas un lenguaje interdisciplinar entre los profesionales de la salud, creando mayor entendimiento para tratar problemas como el dolor o los trastornos psicológicos como la ansiedad.
Los teatros mencionados, distorsionan la realidad de los avances en el campo de la neurociencia, psicología y medicina, y de la apuesta de las sociedades y los colegios profesionales por ponerla al servicio de las personas, y no de audiencias o cuentas corrientes” añade. Según el, son solo trucos para crear ilusión. “Todo lo que pueda conseguirse con la hipnosis se puede conseguir sin ella” afirma el experto.
En el mundo anglosajón, esta actividad se aplica en el campo clínico para tratar el dolor desde hace más de un siglo, aunque en España todavía se ignora como herramienta de intervención sanitaria: “Se busca provocar cambios que beneficien a la persona, que los percibe como si no hiciera esfuerzos para conseguirlos, aunque realmente los realiza sin darse cuenta.
Muchos profesionales evitan dar el nombre de hipnosis a los procedimientos que usan y los venden como sofrología [otro conjunto de recursos de sugestión], visualización o práctica guiada. Deberían etiquetarse correctamente para evitar que el término se quede en manos de personas cuyas intenciones no pasan por alcanzar el beneficio del usuario”, observa Capafons.