¿Por qué hoy día no duran las relaciones?

¿Por qué?

¿Por qué parece ser que las relaciones son tan difíciles de llevar ahora? ¿Por qué no somos capaces de recuperar o mantener el amor, por mucho que lo intentemos? ¿Qué está influyendo para que las relaciones no duren? ¿Nos hemos olvidado cómo amar o es un cambio que se ha generado? ¿Puede ser que hayamos olvidado todo lo que implica estar enamorado?

La responsabilidad de enamorarse.

Cuando la relación no funciona, es habitual que la razón sea que no estamos preparados para los sacrificios, compromisos de dar y recibir todo el amor incondicional. Quizás no estamos dispuestos a invertir todo lo que se necesita para hacer que una relación funcione. Hoy la idea que se tiene es que queremos que todo sea fácil. Si no es fácil, si no pasa lo que tiene que pasar sin esforzarnos, es que no merece la pena. El problema principal es que si no luchas por lo que tú crees que vale la pena, entonces nada va a tener el valor suficiente para que lo luches. Al no dejar que crezca el amor, dejamos que se marche antes de tiempo.

No confundir el amor

Muchas veces, puede que no sea amor lo que estamos buscando, sólo el entusiasmo y la emoción en la vida. Queremos a alguien para ver películas y salir juntos a tomar una copa o de fiesta, y dejamos a un lado buscar a alguien que nos entienda, incluso en nuestros silencios más profundos. Pasamos tiempo juntos, pero no hacemos lo suficiente para formar buenos recuerdos. Pensamos que no queremos una vida aburrida, sin sobresaltos, con la seguridad de que una persona te quiere, pero que no vas a poder estar con nadie más.

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Puede que no queramos un socio para la vida, sólo alguien que nos puede hacer sentir vivo ahora mismo, “vivir la aventura” en este mismo instante. Cuando la emoción se desvanece, descubrimos que nadie nos preparó para el día a día, para la rutina, para hacer que eso especial, sea fruto del trabajo y responsabilidad de trabajarlo, no de la emoción y las endorfinas de nuestro cerebro. No creemos en la belleza de lo previsible, de lo rutinario, porque estamos demasiado cegados buscando la emoción de la aventura. Las continuas mariposas en el estomago.

 

No tenemos tiempo para amar, no tenemos la paciencia para tratar con las relaciones y las dificultades que surgen a partir de ellas. Somos personas ocupadas, persiguiendo sueños materialistas, un mejor coche una mejor casa, un mejor empleo. Hoy en día las relaciones son nada más que conveniencia, me viene bien, pues entonces vale la pena y si entra en conflicto con otras cosas que son incombinables para mi, entonces no quiero nada.

2023. Las relaciones del ego

Vivimos en la generación del Ego y de la inmediatez, buscamos la satisfacción inmediata en todo lo que hacemos toda esta inmediatez que nos rodea, también nos perjudica en el amor. Al final lo queremos todo, y lo queremos ya. La culpa no es de la tecnología, es de nosotros como usuarios y como la utilizamos. Hemos pasado a hacer fiestas de cumpleaños con personas que no veíamos a menudo, a llamarnos por el teléfono y últimamente a mandar un mensaje de felicitación con 4 palabras por el whatsapp. Eso no es facilitar la comunicación, eso es distanciarnos. Puede que la madurez que se construye en las relaciones, que viene con el tiempo como todo lo emocional que se desarrolla al compartir la vida con otra persona, esa conexión, que da el sentido de pertenencia y de ser amado, está en un segundo plano. Al parecer, nada vale la pena  ni nuestro tiempo y paciencia. Para que sobre esforzarse cuando por medio del teléfono y las aplicaciones se puede tener otra oportunidad de satisfacción a corto plazo. Creemos que lo bueno es tener “opciones” y entre más personas mejor. Piensa en la gente de facebook, twitter, instagram… Etc.  ¿Con cuantos de ellos has pasado una tarde charlando?

 

Estamos ansiosos, queremos tener todo. De entrar en relaciones a la menor atracción y salir en cuanto esa atracción disminuye por el hecho que sea o en el momento en que pensamos que hemos encontrado a alguien mejor. No queremos traer lo mejor de esa persona, intentar hacerla mejor, ayudarlas con sus problemas, ver por qué ha bajado en nivel de la relación. En cuanto hay una fractura, ese juguete está roto y ya no merece la pena. Queremos que sean perfectos. Y no es raro que al final estemos con quejas y diciendo que no hay nadie normal.

Quizás lo que no es normal es buscar la perfección, dar con una persona que debe tener todo lo que crees que tiene que tener según tus expectativas. Nadie es perfecto y al querer a alguien también tienes que aceptarlo con sus defectos eso no quiere decir que no se puedan modificar y trabajar para que la relación se fortalezca. Nuestra presencia física ha sido sustituido por los textos, mensajes de voz y video llamadas. Esto ha hecho que nuestra presencia sea virtual y accesible en cualquier momento.

Todo el mundo tiene miedo al compromiso. Ahora más que nunca, existen más personas con la convicción de no querer sentar cabeza. Incluso la idea de tener que estar con alguien constantemente, parece que da miedo. No podemos imaginar estar con una persona por el resto de nuestras vidas y en consecuencia, nos alejamos. Ya que nos gusta creer que somos “diferentes” a los demás.

La actual generación la denomina como ‘libertad sexual’. Podemos tener sexo, pero muy probablemente sin amor o eso creemos. Estamos en una generación de relación ruptura y comienzo. Tenemos sexo primero y luego decidimos si queremos amar a alguien más. El sexo viene fácil, la lealtad no lo hace. Tener relaciones se ha convertido en el nuevo emborracharse. En eso estamos ahora, relaciones esporádicas y a volver a cambiar de compañía. Las realidad es que las relaciones no son tan simples, hoy en día existen infinidad de relaciones.

Relaciones que han aparecido en los últimos años:

tenemos las relaciones abiertas, amigos con beneficios, aventuras causales, de una sola noche, sin ningún compromiso, intercambio de parejas…

Hemos dejado muy poco la exclusividad para el amor en nuestras vidas. No es que el amor se mida en locuras, pero si que influye la inversión personal que se hace en la otra persona, la inversión en pasar unos días con esa persona que echas de menos, en lugar de estar todo el día escribiendo mensajes a través del celular

El miedo está presente

Constantemente miedo a caer en el amor, miedo a comprometerse, miedo a hacernos daño, miedo de que nuestros corazones se rompan. No permitimos que nadie entre totalmente, ni tampoco que salgan del todo y eso hace que no podamos querer a nadie de manera incondicional. ¿Miedo a qué? No tendrías porque si la persona con la que estás te quiere, incluso lo peor de ti, no podrá con su amor ni lo que siente cuando está contigo.

Cambia la percepción de relación, cuando veas que alguien merece la pena, molestate en conocerla realmente, no vaya a ser que lo que podrías haber rechazado en un principio, sea en realidad la persona de tu vida.

No hay nada de lo que una persona no pueda realmente recuperarse, y he visto situaciones que parecerían que son insuperables, y aún así, el ser humano siempre demuestra que es capaz de todo.

Por eso hay que soltarse, hay que intentar cuando casi hemos tirado la toalla, hay que apostar aún cuando sabemos que podemos quedarnos sin nada, hay que enfrentarse a los problemas que aparecen en todas las pareja, no existe la pareja perfecta pero se puede trabajar en ello simplemente dialogando, después de haber intentado todo si estas convencido o convencida que no funcionara adelante tira la toalla antes no y tal ves esa persona realmente no sea para ti pero por lo menos lo intentaste. Ábrete a tu relación y apuesta, solo jugando a este juego, se puede ganar y lo que se gana, puede durar para toda la vida.