Estados Unidos, España, Reino Unido, Japón e India recalcaron los beneficios que puede traer la inteligencia artificial (IA) para alcanzar retos como la lucha contra la crisis climática, la salud y la educación, pero urgieron a crear regulaciones tanto nacionales como internacionales.

En un mundo cada vez más impulsado por la tecnología, la inteligencia artificial (IA) ha emergido como una poderosa fuerza transformadora en campos que van desde la medicina y la industria manufacturera hasta la toma de decisiones gubernamentales.

La Unión Europea empezó los trabajos de regularización de la IA en 2019 y ya está en “la fase final”, de acuerdo con Artigas.

Pero a nivel mundial todo cambió con la popularidad del chatbot de IA generativa de OpenAI, ChatGPT, que se popularizó a finales del año pasado.

ChatGPT ha puesto en relevancia que esta tecnología tiene un nivel de aceleración altísimo y que impacta en todos los ámbitos. La gente se ha dado cuenta de que esto no era el futuro, sino el presente y eso ha despertado también esa preocupación por otros gobiernos y la propia industria”, anota la representante española.

Artigas destaca que estas regulaciones van más allá de lo técnico y lo legal, ya que “en el fondo es un estándar moral”.

“Estamos diciendo qué queremos como ciudadanos, qué puede la IA y qué no queremos que haga, aunque técnicamente sea posible”, explicó.

Entre los ejemplos que pone la experta sobre la protección que busca el Viejo Continente es que esta tecnología no sea capaz de generar un nivel de vigilancia que pueda determinar si eres o no un buen ciudadano y que eso te pueda privar de derechos”, algo que, según Artigas, sucede con la IA en China.

Artigas también señaló que otro punto clave es hacer que estas legislaciones no “maten a la innovación”

Todos los participantes de este acto que se celebró en el marco de la Asamblea General han subrayado la importancia de trabajar codo con codo con las empresas que lideran este sector -como Google o Microsoft-.

Sin embargo, a medida que la IA se integra más profundamente en nuestra sociedad, surge una pregunta crucial: ¿Por qué se debería regular la inteligencia artificial a nivel internacional?

La respuesta a esta pregunta reside en una serie de desafíos fundamentales que la IA plantea a nivel global:

1. Ética y Responsabilidad: La IA puede tomar decisiones críticas que afectan nuestras vidas diarias, desde la atención médica hasta las decisiones financieras y legales. Para garantizar que estas decisiones se tomen de manera ética y responsable, es esencial establecer normas globales que promuevan la transparencia y la rendición de cuentas en los sistemas de IA.

2. Evitar la Carrera Armamentista de IA: La IA tiene aplicaciones militares significativas, y la falta de regulación internacional podría desencadenar una peligrosa carrera armamentista en la que los países compitan por desarrollar sistemas de IA avanzados con fines militares. La regulación a nivel global puede prevenir un uso irresponsable y peligroso de esta tecnología.

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3. Comercio Internacional Justo: La IA es una industria global en rápido crecimiento. Sin regulación, podría generarse una competencia desleal y desigualdades en el acceso a las tecnologías de IA. La regulación internacional puede promover un comercio justo y equitativo, lo que beneficia a las empresas y a las economías en todo el mundo.

4. Protección de Datos y Privacidad: La IA depende en gran medida de la recopilación y el procesamiento de datos. La regulación a nivel internacional es esencial para garantizar la protección de datos y la privacidad de las personas, en un momento en que la información personal es un activo valioso y delicado.

5. Normas de Seguridad: La IA tiene el potencial de afectar la seguridad pública en áreas como el transporte autónomo y la infraestructura crítica. Normas de seguridad globales pueden prevenir accidentes y garantizar un uso seguro de la tecnología.

6. Cooperación y Estándares: La regulación internacional fomenta la cooperación entre países y la creación de estándares comunes. Esto es esencial para la interoperabilidad de sistemas de IA en aplicaciones globales como la navegación aérea y marítima.

7. Evitar Fragmentación Regulatoria: Sin regulación internacional, los países pueden implementar sus propias regulaciones de IA, lo que podría llevar a una fragmentación regulatoria compleja y costosa para las empresas que operan a nivel global.