La Cámara de Diputados tomó una decisión unánime que marca un importante avance en la lucha contra los delitos sexuales cometidos contra menores de edad en México.
Con 425 votos a favor, se aprobó una reforma al Código Penal Federal que elimina la prescripción de estos crímenes, lo que significa que podrán ser investigados sin importar cuánto tiempo haya transcurrido desde su comisión o si la víctima ya es mayor de edad.
Esta reforma se enfoca en delitos como la pornografía, corrupción de menores, turismo sexual, lenocinio y pederastia cometidos en contra de menores de 18 años. Además, introduce medidas más estrictas para los agresores que sean servidores públicos o ministros de culto religioso, incluyendo la destitución e inhabilitación para ocupar cargos públicos.
El objetivo principal de estas medidas es erradicar la impunidad en los delitos sexuales contra menores y asegurarse de que los perpetradores sean investigados y castigados, sin importar cuánto tiempo haya pasado desde el delito.
También se ha cambiado la referencia de la Ley para prevenir y sancionar la Trata de Personas por la “Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos”.
El proyecto de reforma, que afecta varios artículos del Código Penal Federal, ha sido enviado al Ejecutivo Federal para su publicación en el Diario Oficial de la Federación y su entrada en vigor como ley constitucional.
Durante la sesión de la Cámara de Diputados, se enfatizó la gravedad de los delitos sexuales contra niños y niñas, y se subrayó la importancia de tomar medidas efectivas para combatirlos. La violencia sexual tiene consecuencias profundas en la vida de las víctimas, incluyendo problemas de salud mental, depresión y distanciamiento social.
Según datos recientes presentados en el “Panorama Estadístico de la Violencia Sexual Contra Niñas, Niños y Adolescentes en México”, se registraron 22,410 casos de violencia sexual contra menores de edad hasta 2021. Los delitos varían en su naturaleza, desde abuso sexual hasta violación, acoso sexual y más. Las víctimas son en su mayoría del sexo femenino, pero la proporción de víctimas masculinas aumenta en edades más tempranas.
La distribución geográfica de estos delitos muestra que estados como Chihuahua, Querétaro, Nuevo León, Ciudad de México, Baja California e Hidalgo tienen tasas de violencia sexual más altas, superando los 100 delitos por cada 100,000 habitantes.
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