Guatemala se encamina hacia la segunda vuelta electoral
La controversia ha marcado el proceso luego de la revisión de actas tras la primera vuelta y una investigación en curso sobre posibles irregularidades en la inscripción del candidato del movimiento Semilla. La ex primera dama Sandra Torres y el socialdemócrata Bernardo Arévalo son los candidatos en liza, en un enfrentamiento que refleja tensiones profundas en la nación centroamericana.
El proceso electoral se encuentra marcado por la inhabilitación previa en primera vuelta de tres candidatos destacados de diversas orientaciones ideológicas, unidos por su rechazo al establishment. Este voto antisistema, aunque huérfano de representación, se tradujo en un aumento sin precedentes de votos nulos en la primera vuelta, alcanzando el 17.4% de los apoyos. La sorpresiva escalada de Arévalo desde la séptima posición en las encuestas hasta el segundo puesto, con un 12% de los votos, consolidó esta tendencia.
El Movimiento Semilla, creado en 2015 durante las protestas contra el expresidente Otto Pérez Molina, se vio envuelto en un torbellino judicial. Tras la revisión de actas electorales y semanas de pesquisas, las autoridades confirmaron la segunda vuelta entre Torres y Arévalo. Sin embargo, la sección contra la Impunidad del Ministerio Público generó controversia al solicitar la inhabilitación de Semilla por supuestas firmas falsas en la constitución del partido. A pesar de un fallo de la Corte Constitucional en contra de esta decisión, el país quedó sumamente tenso.
La candidatura de Arévalo ha ganado impulso en las encuestas, promoviendo una plataforma centrada en la lucha contra la corrupción y evitando temas como el aborto y los derechos LGTBI en un país con valores conservadores arraigados. Por su parte, Torres, vista como la candidata del establishment, ha evolucionado hacia posturas más conservadoras en relación con la familia y los valores tradicionales.
El país ha sido afectado por escándalos de corrupción que llevaron a la caída del expresidente Pérez Molina en 2015. Además, la presión contra figuras como periodistas, jueces y líderes sociales ha llevado a numerosos exilios, erosionando el espacio democrático y la lucha anticorrupción. Con la elección en curso y las tensiones creciendo, existe la posibilidad de que los resultados electorales sean impugnados, aumentando la incertidumbre en Guatemala en un momento en que se enfrenta a desafíos políticos y sociales cruciales.