Un informe reciente del Departamento de Justicia de Estados Unidos ha puesto al descubierto una serie de “negligencias” en el sistema federal de prisiones que permitieron al magnate Jeffrey Epstein suicidarse en su celda en agosto de 2019, mientras esperaba ser juzgado por tráfico sexual. El informe revela que hubo múltiples fallas en las medidas de seguridad, incluyendo problemas con las cámaras de vigilancia y la falta de asignación de un compañero de celda después de un intento de suicidio anterior de Epstein. Además, se señala que el magnate tenía acceso a una “cantidad excesiva” de sábanas, las cuales utilizó para ahorcarse.
Jeffrey Epstein, conocido magnate financiero, fue acusado en 2006 de abusar sexualmente de menores de 14 años y se declaró culpable en 2008 de solicitar y procurar a una menor para la prostitución. Tras cumplir una condena en una cárcel de Florida y registrarse como delincuente sexual, su caso volvió a tomar relevancia cuando el diario Miami Herald reveló la existencia de numerosas víctimas adicionales que habían sido abusadas por Epstein.
En julio de 2019, Epstein fue arrestado por cargos federales de tráfico sexual, lo que generó una gran atención mediática debido a su red de contactos influyentes y prominentes en diversos ámbitos. Sin embargo, apenas un mes después de su detención, el magnate fue encontrado muerto en su celda en una cárcel de Nueva York. El informe del Departamento de Justicia, elaborado por el inspector general Michael Horowitz, arroja luz sobre las circunstancias que permitieron este trágico suceso.
El informe destaca que hubo una combinación de “negligencias” dentro del sistema federal de prisiones que facilitaron el suicidio de Epstein. En primer lugar, se identificaron fallos en las cámaras de vigilancia, lo que impidió obtener un registro completo de los acontecimientos en el momento de su muerte. Esta falta de supervisión efectiva comprometió la seguridad y la integridad del sistema penitenciario.
Además, el informe señala que, a pesar de que Epstein había intentado suicidarse un mes antes de su muerte, el Buró Federal de Prisiones no tomó medidas adecuadas para prevenir un segundo intento. No se le asignó un compañero de celda, a pesar de que esto es una práctica común para prevenir situaciones de riesgo. Esta omisión resultó fatal, ya que Epstein pudo llevar a cabo su acto suicida sin intervención alguna.
El informe también revela que Epstein tenía acceso a una “cantidad excesiva” de sábanas, las cuales utilizó para ahorcarse. Esta disponibilidad inadecuada de materiales que podrían utilizarse para autolesionarse pone de manifiesto una grave falla en los protocolos de seguridad de la institución.