En un emocionante hallazgo paleontológico, investigadores anunciaron el descubrimiento de una nueva especie de dinosaurio herbívoro en la Patagonia chilena. El dinosaurio, denominado “Gonkoken nanoi”, es una especie que no se tenía registro en el hemisferio sur hasta ahora, lo que lo convierte en un hallazgo extraordinario. Los científicos revelaron los detalles de este descubrimiento en una conferencia realizada el viernes pasado.
Con una longitud de hasta cuatro metros y un peso de aproximadamente una tonelada, el Gonkoken nanoi habitó hace aproximadamente 72 millones de años en el valle de Las Chinas, cerca del cerro Guido, en el extremo sur de Chile. Este lugar ya ha sido escenario de otros importantes hallazgos paleontológicos en los últimos años, lo que lo convierte en un epicentro de gran interés para los científicos.
Los restos fósiles de esta especie fueron encontrados en el año 2013 y, después de un minucioso trabajo de clasificación, los investigadores lograron determinar que se trataba de un nuevo tipo de dinosaurio. El Gonkoken nanoi poseía un pico en forma de pato, similar al de un ave, pero con bordes más afilados y numerosos dientes que le permitían moler, triturar y cortar todo tipo de material vegetal, incluso madera.
Uno de los aspectos más fascinantes de esta especie es su comportamiento social y el cuidado que brindaban a sus crías. Según los científicos, el Gonkoken nanoi era capaz de vivir en grupos y se encargaba de proteger y criar a sus descendientes. Esta evidencia arroja luz sobre los aspectos sociales y reproductivos de los dinosaurios herbívoros, lo que amplía nuestra comprensión de su comportamiento en el pasado.
El hallazgo de estos restos fósiles en el valle del río de Las Chinas, cerca del parque nacional Torres del Paine, aproximadamente a 3.000 kilómetros al sur de Santiago, revela que la Patagonia chilena fue un refugio para especies antiguas de “hadrosaurios”. Estos dinosaurios habrían migrado hacia el hemisferio sur mucho antes que las formas más avanzadas, e incluso podrían haber llegado hasta la Antártida.
La presencia del Gonkoken nanoi en estas tierras australes y distantes ha sorprendido a los científicos, ya que implica que sus ancestros tuvieron que superar grandes extensiones y barreras marinas que dificultaron el paso de la mayoría de las especies terrestres. Este descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre las rutas migratorias de los dinosaurios y desafía nuestras ideas preconcebidas sobre su dispersión geográfica.