Durante la mañana del pasado lunes, un grupo de ejidatarios y comuneros llevó a cabo un bloqueo en ambos sentidos de la autopista México-Toluca, ocasionando una gran cantidad de autos varados y generando caos vial en la salida y acceso a la Ciudad de México.
La acción de protesta de los manifestantes ha generado múltiples inconvenientes para los conductores que transitaban por la zona. Muchos de ellos expresaron su desconcierto ante la situación, ya que se dirigían a sus lugares de trabajo, realizaban trámites importantes o tenían citas médicas que no podían posponer.
La fila de vehículos, tanto públicos como privados, se extendió varios kilómetros en ambas vías, tanto en la vía libre como en la de cuota. Esta situación provocó la indignación de muchos automovilistas, quienes se enfrentaron a los manifestantes en busca de una solución.
Tras seis horas de bloqueo, los comuneros decidieron entablar un diálogo con las autoridades, lo que llevó a la reapertura de la vialidad en ambos sentidos. Sin embargo, los manifestantes, provenientes del pueblo de Acopilco, dejaron en claro que no se moverían hasta que sus demandas fueran atendidas por las autoridades.
Los comuneros de 14 comunidades de las reservas naturales y boscosas afectadas por la tala clandestina y la sobreexplotación de manantiales en el Estado de México, buscan una audiencia con el Presidente Andrés Manuel López Obrador para solicitar ayuda en la protección de los recursos naturales, en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente.
La alcaldía de Cuajimalpa emitió un llamado a los automovilistas para que tomen precauciones debido al bloqueo que se lleva a cabo en la caseta de La Venta.
Alrededor de la una de la tarde, los manifestantes se reunieron para decidir si continuar con el bloqueo total de las vías o permitir el paso de vehículos en un carril, a fin de reducir la congestión vehicular. Sin embargo, optaron por mantener detenida la circulación en ambos sentidos hasta establecer un diálogo con las autoridades.
La desesperación de los automovilistas se hizo evidente, después de pasar varias horas dentro de sus vehículos bajo temperaturas de 28º grados centígrados en la zona poniente del Valle de México. Miles de personas, que se dirigían a sus trabajos, escuelas, hospitales y otros destinos, quedaron varadas, algunas resignadas y otras notablemente enfadadas.