Miles de migrantes están esperando en la llamada frontera chica, en Tamaulipas, una oportunidad para entregarse a las autoridades estadounidenses y solicitar asilo. La situación ha saturado los albergues locales, obligando a algunas personas en tránsito a dormir en campamentos instalados en terrenos baldíos o a orillas del río Bravo.
El alcalde de la ciudad, Carlos Peña Ortiz, mencionó que en un corte al 10 de mayo había 16 mil migrantes varados, mientras que el Instituto Tamaulipeco de Migración reportaba 20 mil en toda la zona fronteriza del estado.
La política migratoria de Estados Unidos ha sido criticada por el alcalde Peña Ortiz, quien afirma que no es sensible a la situación de los migrantes. El jefe de Aduanas y Protección Fronteriza de Hidalgo, Carlos Rodríguez, informó al edil morenista que únicamente podría procesar hasta 200 solicitudes de visa humanitaria a través de la aplicación descargable en el teléfono móvil CBP-One.
La atención a esta población flotante ha sido costosa para el municipio, que a diario pide ayuda a empresarios para donar comida y medicinas para atenderlos. Los comerciantes del primer cuadro de la ciudad se quejan por la presencia y actividades de los migrantes que se instalaron en la Plaza Principal del municipio.
El alcalde anunció que el presidente Andrés Manuel López Obrador visitaría los municipios fronterizos para ver la situación migratoria que aquí se vive. Mientras tanto, el alcalde de Matamoros, Mario Alberto López, pide paciencia a los migrantes y les da esperanza de asilo, aunque el fin del Título 42 migratorio de Estados Unidos ha complicado la situación. Para afrontar la crisis, el presidente municipal de Matamoros se reunió con autoridades del Instituto Nacional de Migración, la Guardia Nacional, las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional y representantes de casas de atención a migrantes.
En Guadalupe, Nuevo León, el refugio Casanicolás se vació porque los migrantes se desplazaron masivamente a la frontera norte en busca de una oportunidad de asilo. La situación en la frontera entre Tamaulipas y Texas continúa siendo difícil para los migrantes y para las autoridades que intentan atender sus necesidades.