“Podríamos hacer historia”, dijo Nuria Diosdado. Nuria es la actual entrenadora y capitana de la selección mexicana de natación artística, representante de México en esa misma disciplina en un par de juegos olímpicos, mundiales y multimedallista para el país en diferentes ediciones de juegos centroamericanos.
Esta selección logró un histórico cuarto lugar en la justa mundial de la categoría apenas en 2022 y actualmente se encuentra en el top 10 de mejores selecciones del planeta, siendo la mejor posicionada para todo el continente americano.
Lamentablemente, hoy son noticia no por estos notables resultados sino porque Nuria anunció a través de su cuenta de Twitter la venta de trajes de baño (mismos que pueden ser adquiridos en la siguiente página web www.safettimexico.com ) para buscar recaudar fondos de cara a los diferentes compromisos tales como juegos centroamericanos y por supuesto, los juegos olímpicos en París 2024.
Según lo indicado por la misma Nuria, desde enero se retiraron los apoyos para estas deportistas por parte de la CONADE. ¿La razón? La Federación Internacional de Natación ha destituido al presidente de la Federación Mexicana de la disciplina por estar acusado de malversación de fondos públicos, sin embargo, el personaje sigue actuando de facto en el cargo e incluso presuntamente está pagando su defensa con recursos de la Federación.
Aunque los atletas mexicanos cuentan con todo el talento, capacidad y entusiasmo, quedan atrapados en medio de estos asuntos políticos y falta de apoyo, no es casualidad que la delegación mexicana en Tokio 2020 tuvo su segunda peor cosecha de medallas en los últimos 25 años con apenas 4 bronces.
7 cuartos lugares en donde, en algunos casos, la diferencia fue poca, algunos segundos, un par de centímetros, una decena de puntos. ¿Qué hace la diferencia? bastaría pensar en un atleta estadounidense, sin preocupación por si va a reunir el dinero suficiente para su participación y en instalaciones con lo último en tecnología. Inversión, fondos que al final influyen en el factor psicológico, en competencias tan de alto nivel y tan demandantes, este aspecto es la diferencia entre subir al podio o no.
Aun así, los atletas mexicanos, olímpicos y paralímpicos, merecen todo el reconocimiento porque aun con estas carencias y falta de apoyo, el esfuerzo, el ímpetu y la muestra de talento que vemos en pantalla es innegable y digno de todo aplauso y admiración.
El cuestionamiento real es, ¿dónde está el gobierno? Mientras se responde esta pregunta podemos hacer algunas matemáticas, se estimó que para ir a Tokio 2020, en promedio un deportista mexicano representaba una inversión de 1 millón de pesos, si tomamos esta referencia y sabemos que la selección nacional de natación artística, según lo indicado por Nuria, necesita viajar con 14 atletas, 2 entrenadoras y mínimo un parte médico (17 personas en total), nos da un total de 17 millones de pesos, en otras palabras: el desfalco de segalmex alcanzaría para llevar a 900 selecciones mexicanas de natación, el avión presidencial alcanzaría es 140 veces lo necesario, y, en el mismo ambito deportivo la remodelación del estadio de baseball alcanzaría para 14 participaciones.