La totoaba es una especie que se enfrenta a la pesca ilegal, lo que ha provocado un decremento en su población.
La problemática radica en que esta especie es capturada ilegalmente para obtener su vejiga natatoria para su comercio ilegal.
La pesca y el tráfico ilegal
Existen registros de captura comercial desde 1929 a 1975, durante los primeros años fueron capturadas comercialmente 500 toneladas de totoaba, esto continúa al alza disparándose hasta alcanzar su mayor pico en 1942 con 2 261 toneladas.
Posteriormente se vino un desplome de la captura y a pesar de un aparente repunte en los años de 1960, la caída siguió hasta 1975 con sólo 58 toneladas de captura; lo que llevó al gobierno mexicano a instalar la veda indefinida y permanente a la pesca de la totoaba.
La pesquería de la totoaba fue una de las más importantes del país, dio origen a los asentamientos humanos de Puerto Peñasco, Golfo de Santa Clara y San Felipe.
Desde la década de los 20´s, fue objeto de una importante pesquería comercial y deportiva, mermando alarmantemente su población hasta acercarse peligrosamente a su extinción.
La pesca ilegal de la totoaba se atribuye a que en Asia la vejiga natatoria (buche), es utilizada como alimento gourmet y se le atribuyen diversas propiedades afrodisíacas, curativas y de salud, su precio gira alrededor de (8 mil dólares por kg) en Asia, cantidad imposible de obtener en la pesca legal.
Le dicen “la cocaína acuática” por su elevado precio, pero es en verdad la vejiga natatoria de un pez mexicano llamado totoaba.
En el mercado negro chino el kilo de este órgano puede sobrepasar los US$8.500 y es adquirido por personas adineradas que lo consideran un objeto de colección, una dote, un regalo e incluso una inversión financiera.
En la medicina tradicional china esta vejiga -que controla la flotabilidad del pez sin necesidad de esfuerzo muscular- es considerada un remedio para una variedad de enfermedades, algo que ninguna investigación científica ha logrado demostrar.
Con ella se elaboran sopas que supuestamente alivian las molestias durante el embarazo y mejoran los dolores articulares.
De hecho, el pez fue descubierto en el Golfo de California por inmigrantes chinos en la década del 20.
El comercio ilegal de la totoaba ha convertido a este gigantesco pez, conocido también como corvina blanca, en una especie críticamente amenazada según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)
No obstante desde hace más de 35 años que no se evalúa el estado de población de este pez que puede crecer hasta los dos metros de largo y que hace un ruido muy particular provocado justamente por su vejiga natatoria.
A pesar de todo ello, lo peor no se lo lleva la totoaba, sino una víctima accidental que está en una situación mucho más desesperada: la vaquita marina.
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