La portación de artículos de defensa personal es algo común en México, donde la delincuencia es una realidad presente en la vida cotidiana de muchos ciudadanos. Pero, aunque la idea de portar un objeto que nos proteja puede parecer reconfortante, es importante tener en cuenta que no todos los objetos de defensa personal son legales en el país. En particular, el gas pimienta es uno de los objetos más conocidos, y su uso puede ser contraproducente para la víctima si no se utiliza adecuadamente.
En este sentido, es importante conocer la legalidad del uso de químicos para defensa personal en México. Cada estado del país tiene la responsabilidad de decidir si es legal o no su uso, y en algunos estados solo se permite el uso de armas de electrochoques como el taser. En otros estados, como Colima, Coahuila, Michoacán, Campeche y Aguascalientes, se permite el uso de taser y gas pimienta, aunque este último debe tener un contenido menor a 150 gramos de acuerdo al Código Penal de Puebla.
Es importante tener en cuenta que, incluso en los estados donde se permite el uso de estos objetos, su uso debe tener una justificación, y debe ser proporcional a la situación de agresión real que se está enfrentando. La legítima defensa se aplica cuando se utiliza la fuerza necesaria para repeler una agresión real, pero no se aplica cuando el uso de fuerza es desproporcionado.
Uso adecuado del gas pimienta
El mal uso o la portación ilegal de gas pimienta en México está penado por la ley. Según el artículo 251 del Código Penal Federal, esto puede llevar a una sanción de tres meses de prisión o de 90 a 370 días de multa. En el caso de la fabricación ilegal, el castigo puede llegar a los tres años de cárcel.
Es importante tener en cuenta que la defensa personal es un derecho que tienen todos los ciudadanos, pero este derecho también está limitado por la ley. Es importante conocer las regulaciones en el estado en el que vivimos, así como tener en cuenta que el uso de objetos de defensa personal debe ser proporcional y justificado en caso de que sea necesario. La legítima defensa protege a los ciudadanos que se ven obligados a defenderse de una agresión real, pero siempre y cuando el uso de fuerza no sea desproporcionado. En resumen, la seguridad personal es un derecho que tenemos todos los ciudadanos, pero debemos tener en cuenta que está limitado por la ley y que el uso de objetos de defensa personal debe ser justificado y proporcional.
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