El Presidente Municipal de Arteaga, Ramiro Durán García, ha sido cuestionado fuertemente por el incremento que ha tenido el alcoholismo en su administración de gobierno local, pero además de las pocas o casi nada de obras de carácter social.
Si bien es cierto que Ramiro Durán, fue electo por el voto del campo en donde años atrás fue muy identificado por el trabajo que realizó en las áreas rurales, ahora ni se acuerda de sus hermanos campesinos, pero tampoco de los pocos amigos y conocidos de la ciudad, porque en el sector urbano tampoco se le ve.
Como si fuera poca la fama que se le ha hecho de un alcalde malo y hasta pésimo que está pasando sin pena ni gloria, ahora se ha ganado y a ley, el calificativo de inhumano, pues solamente se compromete con la gente o dice que sí, pero a última hará se raja como vulgarmente se dice, o al menos esa es la expresión de algunos de los arteaguenses.
Solo asoma la cabeza cada vez que recibe algún señalamiento por algún medio de comunicación, como fue el caso del Club Campestre de Arteaga que ni siquiera tenía conocimiento alguno, como tampoco tenía conocimiento de los recibos del agua a destiempo, la falta de transparencia en tiempo y forma sobre los recursos, así como el redondeo de algunos recibos, tampoco se sabe sobre la asignación de títulos de riego, entre otros pendientes más, haciéndose larga la lista.
Sus apariciones esporádicas solo son cuando se trata de algún evento organizado por la UAdeC, y eso solo cuando van funcionarios públicos, obviamente para salir solo en la foto, o bien cuando el amigo de los arteaguenses, el gobernador Miguel Ángel Riquelme, aparece para alguna inversión, o bien para el reconocimiento e inversión a los brigadistas de Coahuila, siendo la Sierra de Arteaga la más afectada cada vez que hay un incendio.
En pocas palabras solo ven a Ramiro Durán, cuando se trata de oportunidades de reflectores, dicho así en el argot de comunicólogos y medios de comunicación, como fue el caso de defender la extracción del agua cuando Nuevo León, estaba sufriendo escasez del vital líquido, y también hay que decirlo cada vez que se presenta un incendio devastador en algún punto de las Sierras de Arteaga.
El abandono de Arteaga se observa en la basura acumulada por el Bulevar Fundadores, saliendo de Saltillo hacia Arteaga, siendo ya territorio de la mencionada cabecera municipal, y la calle Enrique Garza que topa con la Alameda de Arteaga, así como ese mismo espacio público luciendo con las manchas de aceite de la fritanga que hacen cada fin de semana.
Falta de control canino de perros callejeros siempre están merodeando, en busca de la basura que deja la gente cada fin de semana y misma que no se limpia en los lotes o terrenos despoblados que se encuentran alrededor de la Alameda de Arteaga. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013, Presea Trayectoria Antonio Estrada Salazar 2018, finalista en Excelencia Periodística 2018 representando a México) www.intersip.org